De acuerdo con el jefe de la unidad de Crimen Organizado de la Fiscalía, Will Walter Ruiz, desde la noche de este martes fueron arrestados 10 soldados, 4 policías, incluido un alto mando, y unos 34 civiles, y falta la localización y detención de otros 5 militares.
Ruiz detalló que el grupo de «limpieza social» recibía financiación de empresarios locales, entre los que destacan un presunto traficante de personas que se encuentra prófugo, y de salvadoreños en Estados Unidos.
Explicó que el grupo esta compuesto por dos células, una que originalmente se dedicaba al robo de bancos y cajeros automáticos y otra al exterminio de pandilleros, pero que finalmente se mezclaron.
También detalló que de las 36 víctimas, en al menos 9 casos «no encontramos que pudiera relacionárseles con las pandillas» Barrio 18, Mara Salvatrucha (MS13) u otras minoritarias, «que agobian a nuestra sociedad».
«Lo que argumentan ellos (para respaldar el asesinato de pandilleros) es la incompetencia de las autoridades para solventar el problema de las pandillas», acotó Ruiz, que no detalló si esta organización es responsable de dos masacres de 4 y 6 personas perpetradas en los últimos meses en el oriente salvadoreño.
Un portavoz de la Fiscalía aseguró a Efe que este grupo de exterminio posee vínculos con otro desarticulado en julio de 2016 en la misma zona del país al que se le atribuyen 40 asesinatos y tenía entre sus miembros a policías.
Ese grupo, denominado «Sombra Negra», fue el primero de «limpieza social» desarticulado en El Salvador desde 1996, cuando la Policía detuvo a 16 personas, incluidos dos oficiales de este cuerpo de Seguridad, también en el oriente del país.
El Salvador es considerado uno de los países más violentos del mundo por su alta tasa de asesinatos, que alcanzó los 103 y 81,7 en 2015 y 2016, respectivamente, y en esta ola de violencia las autoridades han identificado el accionar de presuntos grupos de exterminio.
Hasta 2016, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) investigaba al menos 161 homicidios atribuidos a grupos de exterminio, que comparten características comunes en su «modus operandi», como el uso de ropas similares a las de los miembros de los cuerpos de seguridad y de armas largas.
Fuente: EFE