Largas filas de universitarios se formaron desde temprano a las afueras del Instituto Tecnológico Bolivariano de Guayaquil, ubicado en el sector de la Atarazana, que abrió sus puertas desde las 7:30 a las 8:30 para el ingreso de los evaluados.
El examen se tomará de 9:00 a 13:00, con 150 preguntas en siete áreas de conocimiento. Jeimmy Saavedra, guayaquileña de 22 años, estudiante de último semestre de Universidad Laica, indicó que la evaluación abarca un 80% de la malla curricular. Ella lamentó que el aviso del examen llegara en junio pasado y no a inicios de año, aunque dijo sentirse preparada.
“En la Universidad Laica recibimos una capacitación, el examen incluye toda la Constitución, los cuatro libros del Código Civil, la parte procesal, laboral y administrativa, el Código Orgánico Integral Penal, mediación, arbitraje, introducción y filosofía del derecho”, indicó Saavedra.
Los estudiantes mejores puntuados recibirán diplomas de reconocimiento y podrán optar por becas, y los resultados repercutirán en el prestigio de la universidad de la que egresan.
El examen es obligatorio de cara al proceso de graduación, aunque el objetivo principal de la evaluación es que las Universidades acrediten la calidad de profesionales que están saliendo de sus aulas. “El proceso tiene dos fases, la evaluación del entorno universitario y el examen, que muestra los resultados de los procesos de aprendizaje.
Si la Universidad aprueba las dos fases puede ser denominada acreditada”, explicó Ana Lucía Ruano, consejera del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces).
Si las universidades reprueban una de las dos fases las instituciones educativas quedan en proceso de acreditación por un año más, hasta la toma de una nueva evaluación.
Si después de un año siguen reprobando, las carreras entran en un proceso de contingencia para seguir educando a sus promociones, pero sin recibir nuevos estudiantes de la carrera durante 10 años.
Fuente: El Comercio