La Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) detuvo este martes la ambulancia en la que Rosamaría H. era trasladada para ser operada en un hospital infantil y permitió que siguiera su recorrido con el requisito de seguirla hasta el centro médico, informó el diario Corpus Christi Caller-Times.
El Sector de la Patrulla Fronteriza de Laredo, localidad fronteriza con México en la que reside la niña con su familia, indicó en un comunicado que sus agentes escoltaron el vehículo hasta el hospital para que la niña «pudiera recibir atención médica dada su condición». «Bajo las leyes de inmigración de Estados Unidos, una vez que esté médicamente autorizada, se procesará en consecuencia», señaló la autoridad federal.
La madre de la pequeña, Felipa Delacruz, indicó al diario de Corpus Christi que recibió una llamada del Consulado de México en la que le comunicaron que su hija será «o bien deportada o bien enviada a un centro de detención» cuando reciba el alta. Delacruz, que tampoco tiene la documentación en regla, aseguró que hay varios agentes federales de inmigración fuera de la habitación de su hija en el Hospital para Niños Driscoll.
Ante esta situación, el congresista federal Joaquín Castro apuntó en un comunicado que la Patrulla Fronteriza «debería destinar sus recursos a otro lugar», en vez de estar pendiente de una niña de diez años que, dijo, «no supone una amenaza ni para Texas ni para la seguridad nacional».
Varias organizaciones, como Dream Activist, también mostraron su disconformidad con esta actuación y enviaron una carta a la secretaria en funciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés), Elaine Duke, reclamando su liberación.
Fuente: El Comercio