La medida es parte del plan económico del Gobierno anunciado el 11 de octubre y tiene como objetivo frenar la salida de dólares y la protección de la industria local.
Aunque el Gobierno aseguró que elevará el arancel hasta el techo permitido por la Organización Mundial de Comercio, según la embajadora de la UE en Ecuador, Marianne van Steen, la medida no debiera aplicarse al bloque.
“Si hay un acuerdo preferencial, la subida de los aranceles no debe aplicarse a las importaciones que vengan de la UE. Si se aplica no sería compatible con el compromiso que se encuentra en el acuerdo”, manifestó la embajadora ayer (30 de noviembre) en un conversatorio con la prensa.
Según la UE, en varias reuniones, autoridades de Gobierno se comprometieron a no aplicar el alza a los productos de este bloque.
Para el analista en comercio exterior, Cristian Espinosa, los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), con los cuales el país tiene acuerdos comerciales, también deberían estar exentos de un incremento. De otro modo, dijo el experto, se generaría quejas formales de esas naciones.
Otro asunto que genera inquietud es la implementación de la tasa aduanera que el Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador (Senae) puso en vigencia el 13 de noviembre. Van Steen ratificó que en el bloque están realizando un análisis técnico, legal y económico sobre el impacto que podría tener esta medida.
El artículo 24 del acuerdo comercial establece que se podrán fijar tasas, pero estas medidas deben limitarse “en monto al costo aproximado de los servicios prestados y no deben representar una protección indirecta a las mercancías nacionales ni un impuesto a las importaciones o exportaciones para propósitos fiscales”.
Balance positivo
Los diez primeros meses de vigencia del acuerdo con la UE dejaron un balance positivo.
Las ventas nacionales a ese mercado alcanzaron los USD 2 796 millones entre enero y octubre pasado, lo que representó un aumento del 12% con relación al mismo período del 2016, según un informe del Ministerio de Comercio Exterior.
En tanto, las importaciones desde ese mercado crecieron un 25% al pasar de USD 1 335 millones a 1 669 millones, en este mismo período. Así, la UE se consolida como el principal mercado de las exportaciones no petroleras del país, un sitial que mantiene desde el 2016, cuando superó a EE.UU.
Otro resultado positivo del acuerdo es que unas 200 nuevas empresas (pequeñas y medianas) entraron este año a vender sus productos al bloque europeo, destacó la embajadora de la UE en Ecuador. El banano es el producto tradicional con mayor participación en ese mercado.
Los envíos de camarón, en cambio, aunque son importantes, casi no han variado. La explicación está en que las exportaciones del crustáceo se enfocan más en Asia. Los productos no tradicionales registraron un desempeño positivo.
Entre ellos están el calzado, que creció cuatro veces en volumen de exportación y el atún enlatado y procesado. Según el informe de la UE, el atún enlatado fue la categoría con mayor incremento, pues el volumen de producto tuvo un alza de un 55% entre enero y septiembre de este año.
Ricardo Herrera, director de la Cámara de Industriales y Procesadores Atuneros, destacó que las exportaciones de atún a este mercado crecieron más que nada por un tema coyuntural, que fue la reducción de la oferta de los competidores asiáticos, que empujó al alza los precios.
En el caso de las importaciones a Ecuador, hasta septiembre pasado los envíos de licor casi se triplicaron y los de autos crecieron en un 113%.
Según David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito, este aumento está relacionado con el desmontaje de las salvaguardias, la recuperación de la demanda interna y el retiro de los cupos de importación de vehículos.
Pero las principales importaciones desde la UE se relacionan con insumos para la industria como maquinaria, instrumentos y aparatos de medicina y otros.
Van Steen indicó que en la UE se analiza, en especial, si la tasa es proporcional con el servicio que se va a recibir. La Senae ha defendido que la tasa no tiene fines fiscales, sino que busca costear el servicio de control del contrabando.
Fuente: El Comercio