El teléfono celular del legislador Eliseo Azuero está apagado y tampoco contesta mensajes. Su abogado, Francisco Freire, advierte que no conoce su ubicación actual y que la última conversación que tuvo fue tras la diligencia que se desarrolló la mañana de ayer, lunes 13 de julio del 2020.
Ese día, el parlamentario Azuero dio su versión libre y voluntaria sobre una presunta relación con el exlegislador Daniel Mendoza. Entre tanto, Azuero no acudió a la pericia que estaba dispuesta para el viernes pasado en el laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses en el norte de Quito.
El objetivo era cotejar una muestra biométrica de la voz tomada en ese momento con un archivo de audio sobre una posible conversación entre él y Mendoza que es parte del proceso legal y que está guardada en un disco compacto en el Centro de Acopio del Laboratorio de Criminalística con cadena de custodia N° 1791-20.
En las redes sociales del legislador de Sucumbíos no hay nuevas publicaciones desde el 7 de julio cuando se pronunció, a través de un video, sobre la renuncia del ex vicepresidente Otto Sonnenholzner.
Los integrantes de la Bancada Acción Democrática Independiente (BADI), bloque al que pertenece Azuero, dicen que no han hablado con él desde el viernes pasado y que se han enterado de la vinculación a un proceso penal por medio de las noticias.
Franco Romero, coordinador del grupo, señala que no son una bancada orgánica y cada uno se maneja de forma independiente. Dijo que no se han planteado una cita entre legisladores para analizar el futuro político de Azuero al interior de la agrupación.
Los legisladores del Bloque de Integración Nacional (BIN), grupo parlamentario por el que también pasó Azuero, tampoco lo han visto desde la sesión del Pleno que se desarrolló el viernes.
El coordinador Freddy Peñafiel señaló que están atentos al desarrollo del caso. No descartó que se levante la inmunidad parlamentaria si se comprueba, en las investigaciones, que Azuero participó de actos delictivos. Sin embargo, pidió que se garantice el derecho a la presunción de inocencia.
Fuente: El Comercio – Nota Original : LINK