El comandante de la Policía, Ramiro Mantilla, dijo a este Diario que, por las características del crimen, la investigación se enmarca en sicariato.
El asambleísta por Santo Domingo y miembro de la nacionalidad, Ángel Gende, reveló que antes del asesinato la víctima ya había sido amenazada en el 2011, cuando aún era gobernador tsáchila. En esa ocasión, desconocidos habrían enviado una bomba molotov con un mensaje que decía lo siguiente: “Indio, cierra la boca o te matamos”.
Pero no es el primer líder tsáchila que es asesinado con armas de fuego en menos de tres años. En el 2015, hombres armados terminaron con la vida de Washington Calazacón. Un año después, Enrique Aguavil fue acribillado en similares circunstancias, al igual que Fernando Aguavil, en el 2017.
En los tres casos, los asesinos llegaron hasta las comunidades de las víctimas: Peripa, Chigüilpe y El Poste. El actual gobernador de la etnia, Javier Aguavil, señala que esos hechos fueron denunciados ante la Policía y la Fiscalía, pero se registraron como asesinatos, no como sicariato.
“En todos los casos fueron dos personas en una moto y les dispararon directamente”. Gende dice que hay más coincidencias que deben investigarse en las cuatro muertes. Una es que nunca se llevaron objetos de valor ni hubo heridos u otros afectados. “Los testigos dicen que los sicarios le preguntaron el nombre a las víctimas antes de disparar”.
Mary Verduga, gobernadora de Santo Domingo, pedirá informes sobre esos casos. Apenas se supo del último ataque, el presidente Lenín Moreno habló de sicariato. En ese contexto, 20 policías de la Dinased, encabezados por su director Víctor Araus, viajaron ayer, 17 de febrero, de Quito a Santo Domingo de los Tsáchilas.
Por el momento ya se recopilaron imágenes de las cámaras de vigilancia y de ojos de águila, que están instaladas en la vía Santo Domingo – Quevedo. En los videos se identificó una motocicleta blanca con rojo, en la que iban dos hombres.
Esas imágenes fueron captadas minutos después del asesinato. Uno de ellos no llevaba casco. Ese dato coincide con la descripción de los testigos, según los investigadores. La Gobernación Tsáchila pedirá al Ministerio del Interior que se ofrezca una recompensa para las personas que brinden información sobre los autores del crimen.
En tanto que desde el Consejo Tsáchila, que era presidido por Héctor Aguavil, también se harán investigaciones sobre las causas del asesinato. Y se retomarán los casos de asesinato de los últimos años.
Mateo Calazacón, expresidente de la comuna Chigüilpe, señaló que la comunidad está asustada, porque piensan que un hecho así podría volver a presentarse en el sitio. Por eso, ayer se realizó una reunión extraordinaria del Consejo Tsáchila para analizar las condiciones de seguridad en las siete comunas. El general Mantilla asegura que el número de muertes violentas en esta jurisdicción se ha reducido.
“Pero generalmente se dan estas cosas (crimen de Héctor Aguavil) que están dirigidas a una persona; entonces el objetivo de la Policía es ver las causas. Si es que es tipo sicariato tenemos que determinar quién lo dispuso y la motivación”. Uno de los hechos de sicariato por fuera de la población tsáchila se registró en el 2014.
Ese año una mujer que jugaba fútbol y se encontraba en el arco fue asesinada con dos tiros. El mayor número de asesinatos en Santo Domingo se produjo en el 2010. Entre enero y septiembre hubo 88 muertes violentas, mientras en similar periodo del 2011 sumaron 74. Para entonces, inteligencia policial señalaba que la provincia se encuentra en una zona considerada de alta violencia.
“Este es un sitio de paso de estupefacientes, provenientes de Colombia y de Perú, y también una terminal de sicarios que cometen crímenes en la Sierra”, decían policías. Ayer, la Gobernación tsáchila señaló que, desde el 2010, en las aldeas empezaron a registrarse casos de robos a domicilios, gallinas y vehículos.
Entre las acciones de las autoridades está la construcción de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) en Chigüilpe y operativos de control policial en las comunas. Pero para el chamán de la comuna Colorados del Búa, Alfredo Aguavil, esas obras son minúsculas porque cada aldea necesita de un UPC.
Después del sepelio de Aguavil, los tsáchilas planean viajar a Quito para exigir al Gobierno un plan de seguridad para la nacionalidad. Los tsáchilas despedirán a su líder mañana en la tarde, en el cementerio de San Miguel.
Antes se realizará una ceremonia religiosa en la Catedral de Santo Domingo, a la que asistirán autoridades de la etnia, del cantón y la provincia. El jefe policial aseguró que este hecho violento no quedará en la impunidad.