Los grupos rebeldes anunciaron la noche del domingo que iban a lanzar una ofensiva en algunos barrios, en un esfuerzo para romper el asedio del ejército del régimen sirio en la parte oriental de la ciudad, en poder de los rebeldes desde julio de 2012.
La situación en el este de Aleppo se ha convertido rápidamente en una crisis humanitaria, donde escasean los alimentos básicos, agua, combustible y suministros médicos.
El gobierno dijo que hay tres corredores humanitarios abiertos, tanto para obtener suministros como para permitir la huida de los residentes.
Pero sólo 169 civiles huyeron durante el fin de semana, dijo el ejército ruso, una pequeña fracción de las entre 200.000 y las 300.000 personas atrapadas.
Fuentes de CNN sobre el terreno creen que los residentes tienen demasiado miedo a huir.