De esas víctimas mortales, al menos 299 eran civiles, de los que 81 eran menores de edad y 53 eran mujeres, que perdieron la vida en ataque aéreos de la alianza en distintas provincias de Siria.
El Observatorio agregó que a esos fallecidos se suman un hombre de identidad desconocida que pereció estando en cautiverio en uno de los cuarteles de los yihadistas en Al Mayadín, en la provincia nororiental de Deir al Zur, y un guardia del yacimiento de petróleo de Al Omar, en la misma región.
También se añade un dirigente del EI, su esposa y sus cuatro hijos, que fallecieron en un ataque de la coalición en la población de Dabiq, en la provincia septentrional de Alepo.
Por otro lado, la ONG reveló que al menos 3.712 combatientes del grupo radical, la mayoría extranjeros, han perecido por esos bombardeos.
En este tiempo, la coalición también ha tenido como objetivo al Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, que ha perdido a 136 de sus milicianos por los bombardeos contra sus bases en Alepo y en Idleb, en el norte del país.
Los ataques de la alianza han causado, además, diez bajas en el grupo rebelde Ejército de la Sunna, en Idleb, y el fallecimiento de un insurgente capturado por el EI que se encontraba en uno de sus centros de detención en Maaden, en la provincia nororiental de Al Raqa, en el momento de un bombardeo.
El Observatorio agregó que también hay centenares de heridos por los ataques de la coalición, que inició sus operaciones en Siria el 23 de septiembre de 2014.
La ONG no descartó que la cifra de fallecidos en las filas del EI sea superior debido al secretismo que los extremistas mantienen sobre sus bajas y la dificultad para acceder a algunas zonas.
El EI proclamó un califato a finales de junio de 2014 en Siria e Irak, donde ha conquistado partes del norte y el centro de ambos Estados.