En Notimundo A la Carta, Alberto Acosta, expresidente de la Asamblea Constituyente y activista social, habló sobre el dictamen favorable de la Corte Constitucional para realizar la consulta popular respecto a la extracción de crudo en el Parque Nacional Yasuní. Señaló que en el Ecuador no existe una verdadera industria petrolera, y que una eventual victoria del Sí, traería una nueva forma de organizar la economía, la sociedad y la democracia.

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El pasado 09 de mayo de 2023, la corte constitucional emitió un dictamen favorable para la realización de una consulta popular en la que se decidirá si el crudo del Bloque 43, en los campos Ishpingo, Tiputini y Tambococha, en el Parque Nacional Yasuní, se mantienen indefinidamente en el subsuelo.

El referéndum fue impulsado por el Colectivo Yasunidos en el año 2013, pero fue archivada por jueces constitucionales. Más de una década después, el 28 de septiembre de 2022, la solicitud fue remitida nuevamente a la Corte Constitucional.

En el dictamen de admisibilidad se resolvió que, la petición para la Consulta Popular “cuenta con legitimidad democrática, y que los considerandos y la pregunta de solicitud, cumplen con los requisitos establecidos en la Ley”.

Para el activista social Alberto Acosta, el Estado debería cuantificar los ingresos netos por actividades de exportación petrolera en el Yasuní. En términos generales, mencionó que la producción de crudo tiene una tendencia a la baja.

“En junio de 2022 la tasa de extracción de crudo cayó a 60 mil barriles por día, ahora bordea los 50 mil. Debemos saber de qué hablamos cuando nos referimos a los potenciales ingresos petroleros”, declaró.

Y es que el ministro de Energía y Minas, Fernando Santos Alvite, señaló que, en caso de que gané el sí en el referéndum, el Ecuador dejará de percibir alrededor de USD 1.200 millones al año.

Sobre este tema, Acosta explicó que el Estado podría encontrar alternativas de financiamiento en los ingresos de los principales grupos económicos registrados en el sistema de Rentas Internas, o también mediante la creación de un impuesto al patrimonio, a quienes gozan de una fortuna superior al millón de dólares.

Defensa del ITT

Para el activista, los intereses por conseguir réditos económicos no pueden estar por encima de la vida de los seres y humanos, ni de la naturaleza del Yasuní. Aseguró que la ciudadanía tiene en sus manos el futuro del país, y que el Estado debería trabajar en potenciar el atractivo turístico del sector.

“El ITT es una imagen vigorosa para el mundo entero, el país se puede vender al mundo para atraer turismo. Una sociedad es grande por lo que construye, no solo por lo que destruye”, añadió.

Por último, afirmó que, si se pretende reducir el impacto por la emisión de gases de efecto invernadero, o si se quiere evitar el incremento en la temperatura del Planeta, no se deberían explotar todas las reservas de combustibles fósiles.

Explicó que el 85% de las reservas de carbón deben permanecer en el subsuelo, al igual el 59% de petróleo y gas.

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