Por ello, la comida diaria de los internos continúa a cargo de La Fattoria S.A., el proveedor desde hace casi una década y al que se ha cuestionado el costo, cantidad y calidad del menú desde hace varios años.
En 2019, por ejemplo, el exsubsecretario de Rehabilitación Social, Ricardo Camacho, denunció las quejas de los internos por la alimentación. “Imagínese que en esta empresa, en vez de que trabajen los privados de libertad para que ganen su dinero, contrataban a gente de afuera”, criticó además Camacho.
El costo del menú, por $ 2,50 más IVA por cada privado de libertad y por día, también fue cuestionado por Camacho: “No parece mucho, pero si usted compra 10.000 quintales de arroz, compra a mitad de precio, y todos los productos compra baratos para dar de comer a 38.000 personas”.
La Fattoria, creada en 2008 y cuyos socios son Riasem S.A. y Richard Villagrán, ha recibido cerca de $ 100 millones, entre el 2012 y 2018, por alimentar a los internos, de acuerdo con los registros del Sercop. Según el contrato del 2018, de $ 17 millones y por cinco meses y medio, se estima que en los últimos dos años habría obtenido unos $ 85 millones.
José, quien estuvo 15 días recluido en el CDP, recordó que “la comida era simple, muy diferente a la casera, las raciones pequeñas, y solo los jueves daban fruta”, y comentó: “Uno tiene que comer obligado o morirse de hambre”.
Parientes de otros internos también opinan en redes sociales: “Comida en pésimas condiciones”. Por ello, algunos prefieren comprar atún, galletas u otros productos en los economatos de las cárceles, que estuvieron a cargo de una firma relacionada a La Fattoria, Provisali S.A., desde el 2013 -año de su creación- hasta marzo del 2019. En 2020 renovó un convenio con un centro.
Nota Original: El Universo – LINK