El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió hoy suspender a Venezuela del organismo como última medida de presión para que el presidente Nicolás Maduro convoque elecciones, y tras constatar el "fracaso" de todos los intentos de diálogo.

CNN en Español

«Aprobar la suspensión del desnaturalizado Gobierno venezolano es el más claro esfuerzo y gesto que podemos hacer en este momento por la gente del país, por la democracia en el continente, por su futuro y por la justicia», concluye Almagro en un escrito de 75 páginas dirigido al Consejo Permanente para que lo envíe a los países.

Afirma que, «en la historia cercana» del continente, «no existe un dictador que haya triunfado contra la voluntad colectiva de los países democráticos» y subraya que, desde la aprobación de la Carta Democrática Interamericana en 2001, la región «ha cerrado el paso a cuanto dictador ha intentado perpetuarse como gobernante».

El excanciller uruguayo propone así al Consejo, que integran los 34 Estados miembros, que considere la decisión de suspender a Venezuela del ente, una posibilidad recogida en la Carta si se logra el voto a favor de dos tercios de los cancilleres en una Asamblea General extraordinaria.

Almagro cree que la solución «ideal» a la crisis venezolana es la celebración de «elecciones generales completas a la mayor brevedad» con observadores internacionales para que sean «libres, justas y transparentes», pero si esos comicios no se convocan en un plazo de 30 días, la OEA debe apostar por la suspensión.

Defiende que la OEA «aún tiene la posibilidad de influir sobre la realidad venezolana» con la suspensión del país en el organismo, porque «existen pocas sanciones morales y políticas más fuertes para los gobernantes de un país que la mirada y las medidas que puedan tomar sus pares».

Almagro da por «fracasados» todos los intentos de mediación, diálogo y gestiones diplomáticas internacionales entre el Gobierno y la oposición y asegura que seguir por ese camino solo permitiría al Ejecutivo «ganar tiempo para mantener sus privilegios» y «prolongaría la miseria y el aplastamiento de derechos de la gente».

El titular de la OEA considera que «el pueblo venezolano ya no tiene más tiempo» y «hace tiempo que reclama» que los países del organismo apliquen la Carta Democrática para suspender a Venezuela del ente.

El diplomático reconoce su «frustración» porque la OEA «no haya podido detener a tiempo la espiral de deterioro y descomposición política, económica y social» en Venezuela.

Admite también «los límites del multilateralismo y de la acción exterior» para frenar a un Gobierno que «ha llevado a su país al extremo, nunca visto en la historia reciente del continente, del descalabro democrático más absoluto en aras de una élite que busca preservar su riqueza, privilegios y escapar al afán de la justicia».

Este informe de Almagro actualiza el que publicó el pasado 31 de mayo, con el que invocó la Carta Democrática e inició un proceso que quedó abierto el pasado junio porque los países de la OEA prefirieron dar tiempo a los intentos de diálogo entre el Gobierno y la oposición en Venezuela.

Para sustentar su petición de suspender a Venezuela, Almagro recuerda que el artículo 20 de la Carta, el que invocó el pasado mayo, estipula que, si fracasan las gestiones diplomáticas o ante un caso de urgencia, el Consejo Permanente puede convocar de inmediato una Asamblea General extraordinaria.

Y el artículo 21 indica que si la Asamblea, el máximo órgano de la OEA con los cancilleres de los 34 países, constata que se ha producido «la ruptura del orden democrático en un Estado Miembro y que las gestiones diplomáticas han sido infructuosas», puede suspender a ese Estado de su participación en la OEA.

Para ello se necesitan dos tercios de los 34 países que conforman la OEA y la suspensión entraría en vigor de inmediato.

Almagro considera que, de darse la suspensión, esta duraría «un breve lapso» y para el retorno de Venezuela «solo sería necesario que su próximo Gobierno vuelva a compartir los valores en común que son condición imprescindible para pertenecer a la organización».

La clave para que se dé la suma de los dos tercios de países a favor de la suspensión, según varias fuentes diplomáticas consultadas por Efe, es si el Gobierno de Donald Trump, que ya ha emitido sanciones económicas y comunicados contra el Ejecutivo de Maduro, quiere presionar a Caracas también a través de la OEA.

«EE.UU. es el único que puede convencer a los países del Caribe que ahora se resisten», indicó una de las fuentes, en alusión al bloque de naciones integradas en Petrocaribe, la iniciativa impulsada hace 12 años por Venezuela para suministrar combustibles a los países miembros con condiciones ventajosas de pago.