Más de 33 millones de ciudadanos están habilitados para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado en estos comicios polarizados por las figuras de Macri y Fernández de Kirchner, que se postula a la Cámara alta por su nuevo frente peronista Unidad Ciudadana.
La madre de las batallas electorales se librará en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral con casi el 38 por ciento del padrón nacional de votantes y tradicional bastión peronista. Allí Fernández de Kirchner tiene casi asegurada su banca en el Senado, cámara en la que ya ocupó un escaño entre 2001 y 2007, si repite el casi 35% de votos con el que se convirtió en la fuerza más votada en las primarias de agosto por algunas décimas sobre su competidor por Cambiemos, el ex ministro de Educación Esteban Bullrich.
La atención está centrada en si, como auguran algunos sondeos, el oficialismo logrará dar vuelta la tendencia y dejará en segundo lugar a la exmandataria, que aspira a conseguir un gran caudal de votos para erigirse al frente de la oposición, liderar al peronismo hoy fragmentado y convertirse en una opción para las presidenciales de 2019.
Lejos de la efervescencia electoral de las primarias, estas legislativas llegan inmersas en escándalos políticos que afectan tanto a la coalición de centroderecha oficialista Cambiemos como al kirchnerismo.
Además, la campaña electoral de todos los candidatos se vio afectada por el hallazgo, primero,de un cadáver y luego por la confirmación de que correspondía a Santiago Maldonado, el joven que estuvo desaparecido durante más de dos meses luego de participar en un violento desalojo de una protesta mapuche en la Patagonia argentina por parte de la Gendarmería nacional.
El caso provocó una conmoción entre los argentinos durante los 80 días en los que Maldonado estuvo desaparecido y causó una crisis política en el Gobierno de Macri.
Fuente: El Comercio