Argentina se encamina a un default el próximo viernes 22 de mayo, cuando vencerá un plazo de gracia para el pago de intereses de su deuda, y otro para que sus acreedores adhieran a un canje en una negociación que se extenderá, admitieron este martes el Gobierno y economistas.
Esta situación supone que Argentina continuaría negociando con sus acreedores para obtener mejoras en sus condiciones de pago aunque esté en mora. “El 22 (de mayo) es anecdótico. Estamos en un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo. Hay una alta probabilidad de que sea extendido el plazo” para que los acreedores con bonos emitidos bajo legislación extranjera adhieran a un canje, expresó el ministro de Economía, Martín Guzmán, en teleconferencia con miembros de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina.
El viernes 22 de mayo vence el plazo de gracia para pagar USD 500 millones en intereses de tres de los bonos ofrecidos en canje. Al mismo tiempo, iba a ser el último día para acordar una reestructuración de títulos por USD 66 000 millones.
Si el Gobierno del presidente de centro-izquierda Alberto Fernández no paga habrá “un default selectivo o técnico”, dijo una alta fuente del Ejecutivo. Pero los acreedores “aceptarán seguir negociando de buena fe y de mutuo acuerdo” más allá de esa fecha, agregó.
Como gesto negociador, los bonistas no se presentarían ante la Justicia de Estados Unidos para pedir una “aceleración” de la deuda que les habilite a exigir cobrar por vía judicial todo el capital e intereses, agregó la fuente.
Argentina confía en que el buen tono de la negociación permitirá que la comisión bursátil norteamericana (SEC) acepte ampliar otra vez los plazos, como lo hizo el 8 de mayo pasado, día del primer vencimiento para el canje.
Más cerca de acordar “No sé si habrá default. Se van arrimando posiciones. Estamos más cerca de un acuerdo”, dijo Matías Rajnerman, economista de la consultora Ecolatina.
Los bonos globales que Argentina busca canjear representan menos de la quinta parte del total de la deuda pública del país sudamericano. Pero son estratégicos por estar bajo legislación extranjera, porque es susceptible de abrir litigios ante tribunales internacionales.
Si Argentina tiene éxito en su negociación sería un paso adelante para un país que en el año 2001 declaró el mayor default de la historia por más de USD 100 000 millones en medio de una gigantesca crisis.
Fernández era jefe de gabinete del ya fallecido mandatario Néstor Kirchner (2003-2007) cuando el país reestructuró 93% de aquellos papeles en mora, entre 2005 y 2010, y ahora vuelve a estar en el mismo papel.
“Siempre me toca a mí”, dijo en tono resignado pero risueño. Los bonos emitidos entonces también entran en la actual propuesta de canje. ¿Ante un juez? “Por como se mueve el índice ‘riesgo país’, en baja, este 19 de mayo el mercado descuenta que Argentina no va a pagar (el viernes), pero no se van a ejecutar ante la Justicia de Estados Unidos las cláusulas tan temidas de ‘aceleración’ de todos los pagos, para seguir negociando”, dijo Rajnerman.
La “aceleración” implica que si un bono entra en default, también lo hace el resto. Para demandar ante la Justicia para obtener el cobro en ese escenario, hace falta el 25% de los acreedores. “Si se entra en default, supongo que los acreedores que no acepten la propuesta esperan tener mejores resultados por la vía judicial” , dijo Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE), de la privada Universidad de Belgrano.
El litigio judicial permitió a un grupo de fondos especulativos, llamados “buitres” en Argentina por comprar deuda en mora, cobrar durante el anterior gobierno del liberal Mauricio Macri (2015-19) unos USD 11 000 millones por aquel 7% restante de la deuda argentina.
Contraofertas
El gobierno propuso un plazo de gracia de tres años y sendas quitas de capital, de un 5,4%, y de intereses, de 62%, con una tasa promedio de 2,25% para nuevos bonos a madurar entre 2030 y 2047, una oferta que ya fue rechazada.
Los acreedores, divididos en tres grupos, presentaron varias contraofertas, con más pago de intereses, sin quita de capital y menos plazo de gracia. “El mercado ve algún tipo de arreglo, pero difícil que lo cierren en una semana”, dijo Fernando Camusso, director de Rafaela Capital.
“Si hay default, podría encarecerse el crédito de empresas y estatal. Pero esto no fue un problema tan significativo en otras épocas”, constató Hernán Letcher, director del privado Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Argentina lleva dos años de recesión y en medio de la pandemia de coronavirus podría sufrir una seria contracción económica que agravaría la situación, por lo que el gobierno de Fernández apuesta a renegociar su deuda y no quedar excluido del mercado de capitales.
Fuente: El Comercio-Nota Original: LINK