La asistencia comprendió tres vuelos humanitarios, hospedaje antes del viaje, alimentación y atención médica y psicológica, una vez en Ecuador.

Créditos: Alfredo Cárdenas

Con tres vuelos humanitarios, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana consiguió traer a Ecuador a 716 personas, 657 ecuatorianos y 59 extranjeros, que escaparon de Ucrania desde que se inició la ofensiva rusa el 24 de febrero. La Cancillería indicó que aún se encuentran procesando informes finales sobre el operativo para determinar cuál fue el costo total de la asistencia, que abarcó aspectos como traslados, hospedaje antes del viaje, en hoteles, albergues y hasta conventos, y alimentación.

La institución adelantó ciertas cifras para comprender cómo se desarrolló toda su gestión. Detalló que el primer vuelo arribó el viernes 4 de marzo a las 11:00 a Quito con 246 pasajeros a bordo luego de cumplir la ruta Madrid-Budapest-Varsovia-Quito. El segundo, que cumplió la ruta Madrid-Varsovia-Quito, llegó el sábado 5 de marzo a las 08:58 con 203 pasajeros. El tercero y último aterrizó el lunes, 14 de marzo con 190 pasajeros a las 10:07 tras cumplir la ruta Madrid-Varsovia-Budapest-Quito.

Para poder efectuar estos vuelos, la Cancillería otorgó 213 pasaportes de emergencia y desplegó en la frontera un equipo de 18 personas y en los aeropuertos a 278. El Comité de crisis en la sede de Cancillería lo conformaron 97 personas.

Según cifras de la cartera, otros 67 ecuatorianos regresaron al país por sus propios medios. Refirió que los 913 ecuatorianos registrados en sus listados, representan el 37 % de todos los sudamericanos en Ucrania y que el Gobierno logró retornar al 92 %.

El operativo contó también con la participación de otras instituciones del Estado como los ministerios de Salud, Gobierno, Defensa; la Secretaría Nacional de Riesgos, la de Derechos Humanos; el Registro Civil; la Policía Nacional; las Fuerzas Armadas y Agrocalidad por el tema de las 88 mascotas (45 perros, 1 hurón, 48 gatos) que arribaron al país.

Asimismo, otras instituciones como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la Naciones Unidas, la Corporación Quiport, la Cruz Roja Ecuatoriana y Protección Animal Ecuador (PAE) también intervinieron.

Solange González, una de las ecuatorianas que regresó de Ucrania en el primer vuelo humanitario, cuenta que todos los servicios que recibió fueron óptimos y agradece el haber podido retornar.

“Recibimos alojamiento en Polonia en un hotel superbueno, ahí teníamos las comidas de tipo bufé, la atención fue muy buena, regresé en el primer vuelo, el avión no fue tan cómodo, sé que los siguientes sí eran mejores, pero no es algo que hacía imposible viajar, en el vuelo también se preocuparon de darnos varias veces comida, igual superbuena y también el trato de las azafatas”, cuenta.

Solange, de 26 años, destaca que una vez que arribaron al país todo el personal desplegado se preocupó por aplicar terceras dosis de las vacunas contra el COVID-19 a quienes les faltaban, como en su caso, y también por entregarles refrigerios y ayudarlos a llamar a sus padres que esperaban fuera.

Sobre la atención una vez en Ecuador, la Cancillería informó que vacunó contra el COVID-19 a 161 personas, realizó 147 pruebas de antígeno que le permitieron detectar 6 casos positivos y brindó asistencia médica a 9 pasajeros y a 2 personas de apoyo.

A su vez, ayudaron en 143 casos de restablecimiento del contacto familiar y en materia psicológica, brindaron primeros auxilios a 56 casos y en 560 casos dieron apoyo de contención emocional.

Adicionalmente, la cartera apoyó con el traslado de pasajeros a otras ciudades: tres vía área y 32 vía terrestre y realizó 20 orientaciones grupales sobre motivación y alternativas con la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt) para continuar sus estudios.

No obstante, para Josué Vallejo, de 20 años, otro de los compatriotas que regresó de Ucrania en el primer vuelo, la experiencia antes de tomar el vuelo fue distinta a la de Solange. Le tomó una semana salir del país.

Junto a otros nueve ecuatorianos, primero dejaron Kiev y fueron hasta Lviv, pero como llegaron luego del toque de queda no pudieron acceder al transporte a cargo de la Cancillería que los acercaría a la frontera con Polonia, por lo que tuvieron que pagar $ 400 a un auto que los acerque y luego caminar cerca de 65km.

Josué dice que que su grupo se separó, solo tres mujeres con las que iban pudieron cruzar a Polonia, entre ellas Solange, y los varones tuvieron que regresar a Lviv para ir después hacia otra frontera rentando un bus por más de $ 1.700 entre un grupo de ecuatorianos.

Luego de llegar al país vecino y de largas esperas, quienes quedaban -ya que un grupo decidió ir a Alemania por no encontrar a nadie de Ecuador- fueron dirigidos por funcionarios ecuatorianos a un convento donde pasaron un día y medio.

“En el convento de Polonia nos atendió muy bien el Gobierno de ese país, nos daban de comer, era algo como un albergue en una iglesia y desde ahí nos llevaron al aeropuerto”, cuenta y menciona que ya una vez en la terminal aérea se presentaron problemas de registros de los pasajeros y listas incompletas, por lo que uno de sus amigos tuvo que quedarse para el siguiente vuelo.

“El vuelo no estuvo mal, pero no se llenaron todos los asientos y no se por qué. Una vez que llegamos a Ecuador la atención y el control ya fueron mejores”, cuenta.

Ambos jóvenes ahora permanecen junto a sus familias y cuentan que han podido seguir con sus estudios de forma virtual, aunque la diferencia horaria hace que inicien sus clases a las dos de la mañana cada día.

“Empezamos las clases en línea en mi universidad en Kiev, es un poco duro, empezamos a las 02:00 cuando allá ya son las 09:00, sin embargo, pudimos volver a estudiar”, manifiesta Solange. (I)

NOTA ORIGINAL: El Universo – LINK