En una rueda de prensa del Ejecutivo sobre el avance de las vacunas en China, el subdirector del departamento de Desarrollo Social de esa cartera, Tian Baoguo, dijo que ya hay 13 vacunas desarrolladas parcial o totalmente por el país asiático en la fase 3 de ensayos clínicos.
«Los efectos adversos son comunes y normales en una candidata a vacuna. De las 60.000 personas que han recibido la vacuna, algunos han presentado efectos adversos leves, como hinchazón de la zona de vacunación o fiebre, pero no se han registrado efectos secundarios graves», indicó.
En la misma rueda de prensa, el presidente de la empresa estatal Grupo Nacional de Biotecnología de China (CNBG, parte del gigante farmacéutico Sinopharm), Liu Jingzhen, aseguró que el conglomerado está listo para la producción en masa de la vacuna una vez terminen las pruebas, y que tiene capacidad para fabricar más de 1.000 millones de dosis en 2021.
Por su parte, el director del Centro de Desarrollo de Ciencia y Tecnología de la Comisión Nacional de Sanidad, Zheng Zhongwei, indicó que el precio «variará» en función del tipo de vacuna, aunque «no estará determinado por la oferta y la demanda sino por la tecnología empleada y el coste y escala de producción».
«Será un precio aceptable para el público general. La vacuna inactivada tendrá un coste mayor en comparación con el resto», dijo Zheng.
Asimismo, el funcionario negó que China haya puesto en marcha una «diplomacia de vacunas» con todas las pruebas que el país realiza en diversos países, muchos de ellos en vías de desarrollo.
«Lo que hace China es trabajar con otros países para desarrollar la vacuna y contribuir a que ésta sea segura y pueda estar disponible para quien lo necesite», afirmó Zheng, quien puso como ejemplo la entrada del país asiático en COVAX, la plataforma mundial de investigación de vacunas contra la COVID-19.
Nota Original: El Universo – LINK