El entrenador Claudio Borghi tenía un contrato con Liga de Quito por un año, con opción de ampliarlo si los resultados eran favorables. La estadía del ‘Bichi’ en Quito duró casi 3 meses, en los que cosechó más derrotas que victorias y tampoco encontró el andamiaje que pretendía para el equipo.

Borghi puso su cargo a disposición en 3 ocasiones: cuando no se resolvían ciertos problemas a la interna del plantel, tras la caída en casa frente a Toluca 2-1 y después de la goleada 5-0 ante Barcelona.

El estratega y el directivo Esteban Paz se pusieron de acuerdo y Borghi tenía “una vida más”, luego de caer contra los mexicanos. Las victorias contra Aucas y Mushuc Runa -ambas por 1-0- fueron un aliciente para el DT, pero su continuidad quedó expuesta tras la última derrota.

Paz no se explica las razones por las que Borghi no logró llegar con su mensaje a los jugadores, con toda la experiencia que acumula en los 16 años que lleva como entrenador. La irregularidad del equipo en los 10 partidos que dirigió fue notoria, pues nunca repitió una formación.

Borghi trataba de ser muy cercano con los jugadores. En las prácticas había buen ambiente entre él y la plantilla y trataba a todos por su nombre o -incluso- su apodo. Las bromas también eran parte de las prácticas.

En las concentraciones adoptó ciertas medidas que, según él, eran para mejorar la convivencia entre todos. Por ejemplo, solicitó que los futbolistas desayunaran juntos en el complejo de Pomasqui antes de iniciar la práctica, para compartir entre todos.

Los celulares nunca debían estar en la mesa durante las comidas y existían multas económicas si alguien los usaba o también si llegaban tarde a los entrenamientos. Pero más allá de su lógica de trabajo, que era del agrado de la directiva, pues los Paz se mostraron satisfechos con lo que veían, el problema fueron los resultados.

En lo futbolístico, Borghi no pudo implementar su sistema táctico que lo caracteriza, el 3-4-1-1, pues consideró que los defensores no eran idóneos para jugar de esa manera. Por esa razón, siempre alineó con 4 defensas.

Las intenciones de Borghi y su cuerpo técnico, para el funcionamiento del equipo, no tuvieron respuesta en los partidos que jugó. Salvo el encuentro contra San Lorenzo por la Copa Libertadores, los ‘albos’ no mostraron un juego en el que se notaran las intenciones que tenía el entrenador con la plantilla con la que contaba.

La directiva de Liga-Q empezó desde ayer a buscar al reemplazante, pero la complejidad de esa exploración radica en que la mayoría de entrenadores del continente tiene vínculos con algún club. Eso provoca que la lista se reduzca y los ‘albos’ deban elegir bien al reemplazante del argentino.

Por ahora, mientras encuentran al profesional idóneo, la directiva designó a Norberto Araujo y a Enrique Vera, los más experimentados del equipo, como encargados de Liga hasta el próximo viernes. Ese día, los ‘albos’ se enfrentarán a El Nacional en el estadio Atahualpa.

Las necesidades urgentes

Liga empezó la búsqueda de un entrenador disponible para reemplazar al argentino y Rodrigo Paz señaló que deberá ser alguien que conozca el medio. Sin embargo, ayer sonaron nombres de técnicos que dirigieron en el país y otros que no.

Por ejemplo, el uruguayo Gerardo Pelusso, que recientemente dejó al Santa Fe de Bogotá, sonó como candidato. Al argentino Claudio Vivas también se lo nombró como opción. El actual DT de Banfield dijo que le agradaba la idea, pero que su respuesta tomaría tiempo, algo de lo que Liga no dispone ahora.