La desobediencia social, especialmente por las fiestas de Pawkar Raymi, moviliza los fines de semanas a más de un centenar de policías y militares hacia diversas comunidades para desmontar y suspender programaciones donde arriban hasta cinco mil personas.
El Registro Civil y la Iglesia debieron suspender la celebración de bodas que son parte de la tradición en esta jurisdicción durante el primer trimestre de cada año. El pasado sábado, en Otavalo, 80 adolescentes fueron sorprendidos en una fiesta clandestina realizada en el interior de una vivienda.
Mientras que en una peluquería de esa ciudad fueron desalojados 30 extranjeros quienes protagonizaban un festejo en el interior del local. En la parroquia González Suárez, fue clausurada una cancha de ecuavoley donde 300 aficionados asistían a un torneo sin las medidas de bioseguridad.
Durante la reunión del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Imbabura, la gobernadora María Gabriela Jaramillo acogió la recomendación de la Mesa Técnica de Salud para que el COE Nacional declare a esta provincia en estado de emergencia sanitaria grave, para aplicar medidas que permitan contener los contagios de COVID-19.
Nota Original: El Universo – LINK