Por primera vez desde 1973, Estados Unidos es el productor de crudo de petróleo más grande del mundo, según estimados preliminares publicados este miércoles por el Departamento de Energía.
La hazaña demuestra cómo se ha reformado el auge del petróleo de esquisto de Estados Unidos en el panorama global de energía. La producción de petróleo de Estados Unidos se ha más que duplicado en la última década.
“Es un hito histórico y un recordatorio: nunca apuesten contra la industria petrolera de Estados Unidos”, dijo Bob McNally, presidente de Rapidan Energy Group, una firma de consultoría.
Texas es el epicentro del boom del esquisto. La producción en el Permian Basin del oeste de Texas ha crecido tanto que en febrero Estados Unidos superó a Arabia Saudita por primera vez en más de dos décadas, según la Energy Information Administration (EIA) de Estados Unidos.
La producción de Estados Unidos siguió aumentando en junio y agosto, alcanzando cerca de 11 millones de barriles por día. Esto empujó a Estados Unidos por encima de Rusia por primera vez desde febrero de 1999, estima la EIA.
Estados Unidos no espera ceder su corona muy pronto. La EIA espera que la producción de petróleo de Estados Unidos esté por encima de Rusia y Arabia Saudita hasta 2019.
‘El juego cambió’
Este logro subraya el profundo impacto de los rápidos avances tecnológicos en la extracción. El fracking ha desbloqueado grandes sumas de petróleo y gas natural que habían estado atrapadas bajo tierra. Los costos de la extracción se han reducido dramáticamente.
“Eso cambió el juego para Estados Unidos. Significa que podemos ser resilientes y competitivos”, dice Ben Cook, director de portafolio en BP Capital Fund Advisors, una firma de manejo de inversiones de energía.
Esa resiliencia fue requerida luego de que los precios del petróleo empezaran a caer a finales de 2014. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) lanzó una guerra de precios para recuperar la cuota de mercado perdida ante Estados Unidos y otros productores de petróleo. La caída de los precios dejó fuera del negocio a varias compañías petroleras de Estados Unidos y causó una pérdida generalizada de trabajos.
La producción de petróleo de Estados Unidos cayó, pero no tan dramáticamente como se temía. Y cuando los precios empezaron a recuperarse en 2016, las compañías de esquisto pidieron recuperarse rápidamente y salir adelante. Sus gastos fueron menores y la tecnología había mejorado.
Otro cambio importante: Estados Unidos ahora tiene clientes petroleros alrededor del mundo. A finales de 2015, el Congreso levantó una prohibición de 40 años para exportar crudo de petróleo. Estados Unidos ahora exporta petróleo a Suramérica, Europa y China.
Texas es una superpotencia petrolera
Los mayores productores de petróleo, BP y ExxonMobil, han gastado miles de millones de dólares en los últimos años para obtener una parte de la acción en la cuenca del Pérmico.
El estado de la estrella solitaria está en camino de producir más petróleo incluso que Irán o Irak. Esto podría hacer de Texas el número 3 del mundo si fuera un país. Y el distrito portuario más grande del Estado recientemente exportó más petróleo crudo de lo que importó.
“Se trata de mejoras tecnológicas, apoyada por una amplia inversión de capitales, y la ingenuidad de los extractores de petróleo estadounidenses”, dijo McNally, exfuncionario de energía bajo el mandato del presidente George W. Bush.
Ahora Texas trata de manejar el boom petrolero. Ha habido una mentalidad de la fiebre del oro en la cuenca del Pérmico de que la región se está quedando rápidamente sin oleoductos, trabajadores y suministros.
Pero el Pérmico ha sido víctima de su propio éxito. Se espera que la producción siga en aumento, pero no como se pensaba anteriormente.
Las preocupaciones sobre el Pérmico llevaron a la EIA a reducir su pronóstico de crecimiento de la producción de petróleo en Estados Unidos para 2019 a 11,5 millones de barriles por día. En contexto, eso representa un fuerte crecimiento, y aún así sobrepasaría la producción espera de Rusia y Arabia Saudita. EE.UU. produjo 9,4 millones de barriles por día en 2017.
El auge de la producción de petróleo tiene importantes implicaciones de seguridad. Hoy en día, Estados Unidos depende menos del petróleo extranjero, incluso del turbulento Medio Oriente.
Sim embargo, aún sigue siendo un mercado petrolero global y los cambios de estrategia de la OPEP siguen teniendo una influencia significativa en los precios del petróleo.
Y Estados Unidos no puede satisfacer su apetito voraz de petróleo mirándose a sí mismo únicamente. Las refinerías de petróleo estadounidenses, que en su mayoría fueron construidas hace décadas, todavía requieren grandes dosis de petróleo extranjero.
Fuente: CNN en Español