La sección 21 de la Audiencia Provincial de Barcelona condenó este jueves al futbolista brasileño Dani Alves a cuatro años y seis meses de prisión tras declararlo culpable de una agresión sexual que tuvo lugar a finales de 2022.

BRASIL VS. PERÚ
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Además, le impuso cinco años de libertad vigilada una vez haya cumplido la pena de prisión, la prohibición de acercarse al domicilio o lugar de trabajo de la víctima a menos de 1.000 metros y a comunicarse con ella durante nueve años y seis meses.

El futbolista fue condenado además a la pena de inhabilitación especial para el ejercicio del empleo, cargo público, profesión u oficios relacionados con menores de edad por tiempo de cinco años, a aplicar una vez cumplida también la pena de prisión. Le impone la indemnización de US$162.883 por el daño moral y lesiones causadas, dos meses de multa con una cuota diaria de US$ 162 por el delito leve de lesiones y el pago de las costas procesales.

La pena difiere de la que fue solicitada por la Fiscalía, que pedía nueve años de prisión; así como de la acusación particular, que solicitaba el máximo contemplado por ley para una agresión sexual con acceso carnal: 12 años. Eso se debe a que el tribunal consideró el atenuante de la reparación del daño solicitado por su abogada al finalizar el juicio oral al haber depositado el acusado la indemnización de US$162.000 durante la fase de instrucción.

Con esta sentencia, a la que tuvo acceso CNN, el tribunal considera que ha quedado acreditado que «la víctima no consintió la relación y que existen elementos de prueba, además del testimonio de la denunciante, para entender probada la violación». Entre estos elementos, los magistrados tienen en cuenta las lesiones que la víctima presentaba en la rodilla tras la agresión, el comportamiento que ésta tuvo tras producirse los hechos y las secuelas que esa violación dejó en ella.

Concretamente, los magistrados de la sección 21 de la Audiencia Provincial de Barcelona dan por probado que «el acusado cogió bruscamente a la denunciante, la tiró al suelo y evitando que pudiera moverse la penetró vaginalmente, pese a que la denunciante decía que no, que se quería ir». Y entiende que «con ello se cumple el tipo de ausencia de consentimiento, con uso de la violencia, y con acceso carnal».

Alves, en prisión desde el 20 de enero de 2023, fue notificado de la sentencia a las 10 de la mañana, hora local, en una audiencia que quedó limitada a las partes que participaron en el juicio. Alves y su defensa podrán recurrir esta sentencia presentando un recurso de apelación a la sala de Apelaciones de la sala Civil y Penal del Tribunal de Justicia de Cataluña.

¿Qué ocurrió y cuándo?

La agresión sexual tuvo lugar en la madrugada del 31 de diciembre, momento en el que Alves se encontraba junto a su amigo, Bruno Brasil, en la discoteca Sutton de Barcelona. Concretamente, ocurrió en un lavabo que se encontraba al lado del reservado VIP que Brasil y Alves compartían esa noche. Tanto Alves como la denunciante afirmaron que lo ocurrido tuvo lugar dentro de ese baño. Lo afirmaron tanto durante el juicio oral como en declaraciones previas en fase de instrucción.

La víctima es una de las tres chicas a las que un camarero, a iniciativa de Brasil, invitó a unirse a ellos.

El futbolista, al contrario que la denunciante, asegura que los hechos ocurridos allí fueron consentidos. En un comunicado publicado en abril por el despacho de abogados que lo representaba, su defensa afirmó que el brasileño declaró ante la jueza de instrucción que el acto tuvo lugar en un baño de la zona VIP de la discoteca, tras constatar que había «interés mutuo y tensión sexual desde el principio» con la denunciante. Alves añadió que lo ocurrido fue «un acto libre y voluntario» y que la joven «no dijo en ningún momento que parara».

En una declaración que ofreció en febrero de 2024, Alves, entre lágrimas, dijo que se enteró a través de la prensa que en enero de 2023 lo habían denunciado como presunto autor de una agresión sexual.

Durante una audiencia en un juzgado de Barcelona, el exfutbolista reforzó la postura compartida en meses anteriores: el acto sexual que tuvo lugar en la discoteca Sutton fue consentido. «Ella podía salir en cualquier momento, no estaba obligada a estar ahí», aseguró.

El futbolista relató al tribunal que una vez se unieron las tres chicas a la mesa que compartía con su amigo, Bruno Brasil, empezaron a bailar. «Hablaba con todas, pero bailé un poco más pegado con la denunciante», dijo. «Pasado un tiempo, ella… con el perdón de la palabra, empezó a rozar sus partes con las mías». Dijo que la chica «perreaba».

En un momento determinado, Alves aseguró que la denunciante puso su mano en su zona íntima, hecho que le llevó a pensar que «había tensión sexual», motivo por el que le propuso ir al baño. «Ella dijo que sí», afirmó el brasileño.

El exjugador dijo que, ya los dos en el baño, ella le practicó una felación. Incluso ha mostrado al tribunal, desde su silla, las posturas en que ocurrió todo. Incluido el coito con el que terminó la situación.

A preguntas de su abogada, Alves respondió que no la forzó para que se quedase, desacreditó la violencia que la denunciante alegó haber sufrido en su declaración ante la justicia y afirmó que todo ocurrió con su consentimiento: «En ningún momento dijo nada, estábamos los dos disfrutando ahí, nada más».