La vacuna de Oxford cuyos ensayos, en los que participaron 1077 personas, mostraron que la vacuna genera anticuerpos y las llamadas células T que pueden combatir el coronavirus, fue desarrollada por el equipo británico liderado por Sarah Gilbert.
Los hallazgos del laboratorio británico son alentadores, pero hay que enfatizar que todavía es demasiado pronto para saber si esto es suficiente para garantizar protección.
«Todavía queda mucho trabajo por hacer antes de que se pueda confirmar si la vacuna ayudará a manejar la pandemia de covid-19, pero estos primeros resultados son prometedores», señaló Sarah Gilbert, investigadora del equipo de Oxford.
Aún falta demostrar si la vacuna puede evitar que las personas se enfermen o incluso disminuir sus síntomas, ha dicho la misma experta. Por el momento, su esfuerzo de 4 meses con el equipo de Oxford, que consta de casi 250 personas, ha logrado lo imposible: han creado una vacuna que generalmente llevaría años fabricar.
Esta es la primera vacuna en ingresar a los ensayos de fase 3. Más de 10 000 participantes en Gran Bretaña, Brasil y Sudáfrica ya han recibido las dosis. La próxima semana comenzará otra prueba de Fase III con 30 000 participantes en los Estados Unidos.
«Si nuestra vacuna se revelara eficaz, es una prometedora opción, ya que este tipo de vacuna puede ser fabricada fácilmente a gran escala» comentó Sarah Gilbert.
El científico jefe de la Organización Mundial de la Salud dijo que la vacuna, llamada AZD1222, es la principal candidata en una carrera mundial para detener una pandemia que ha matado a más de 600 000 personas
Adenavirus de chimpancé
Ambas vacunas, la de Oxford como la de CanSino están basadas en adenovirus, del chimpancé la primera, humano para la segunda, una familia de – virus muy común que provoca especialmente resfríos.
Fueron genéticamente modificados para producir la proteína del coronavirus Sars-CoV-2.
La idea es que el sistema inmunitario del paciente pueda luego «reconocer» si está realmente infectado.
Ninguno de estos dos ensayos generó efectos indeseables graves. Los efectos secundarios más observados fueron fiebre, fatiga y dolor en el punto de inyección de la vacuna.
«No se sabe todavía si esos niveles de inmunidad pueden proteger contra la infección (…) ni si esa vacuna puede proteger a los más frágiles de las formas graves de covid-19», señaló Jonathan Ball, profesor de virología molecular en la universidad de Nottingham (Reino Unido), que no participó en el estudio.
Se están desarrollando unas 200 candidatas a vacunas, 23 de las cuales están en fase clínica, probadas en el humano.
«Es un resultado positivo, pero queda aun un largo camino por recorrer», declaró Michael Ryan, director de situaciones de urgencia sanitaria en la Organización Mundial de Salud (OMS).
Nota Original: El Universo – LINK