Este 13 de agosto -fecha en que el fallecido líder de la revolución, Fidel Castro, habría cumplido 92 años- comenzarán las 135.000 reuniones programadas hasta el próximo 15 de noviembre en centros laborales, de estudios y comunidades, que estarán dirigidas por más de 7.600 dúos de ciudadanos seleccionados por el Gobierno.
Entre las novedades del anteproyecto, que no incorpora modificaciones del sistema político, figuran el reconocimiento de la propiedad privada, la eliminación de las alusiones al comunismo, la creación de un primer ministro y la redefinición del matrimonio como la unión entre dos personas, sin especificar su sexo, lo que abre las puertas a una eventual legalización del matrimonio homosexual.
El documento propuesto como nueva Carta Magna de la República de Cuba -que sustituirá al que data de 1976- incorpora 224 artículos divididos en 11 títulos, 24 capítulos y 16 secciones, y ya fue debatido y aprobado por el Parlamento a finales de julio pasado.
A partir de la publicación del texto provisional hace dos semanas en papel impreso, la empresa estatal Correos de Cuba ha vendido unos 600.000 ejemplares en la isla al precio de un peso cubano (0,04 centavos de dólar), mientras que sitios digitales oficiales también han reproducido el documento y permiten su descarga con el objetivo de que pueda ser estudiado previamente.
Todos los cubanos residentes dentro y fuera de la isla han sido convocados a pronunciarse sobre el proyecto en los próximos tres meses, aunque por el momento no se ha precisado si quienes viven en otros países podrán votar en el referendo.
El análisis del texto en las reuniones empezará por el preámbulo, luego por los títulos y seguidamente por las disposiciones complementarias (especiales, transitorias y finales), según han informado medios oficiales.
De cada encuentro se levantará un acta, con nombre y apellidos de las personas que intervengan y su propuesta detallada.
«Todas las propuestas que la población haga se tendrán en cuenta, sin que ni una sola quede fuera», indicó Marcela González, integrante del equipo nacional de procesamiento de las aportaciones populares, quien precisó que «una propuesta es aquella que apunta a transformar el contenido del documento» a través de una modificación, adición, eliminación o dudas.
Se han preparado equipos de trabajo a nivel municipal, provincial y nacional, integrados por juristas, profesores universitarios, investigadores e ingenieros informáticos con la misión de organizar las sugerencias formuladas.
La nueva versión de la Constitución modifica 113 artículos, añade 87 y elimina 11 respecto a la actual.
En ella destacan los cambios económicos, ya que incorpora las reformas impulsadas por Raúl Castro durante su mandato presidencial en la última década en favor de un socialismo sostenible con propiedad privada, y reconoce la necesidad de promocionar la inversión extranjera.
En el orden político elimina el término «comunismo» pero mantiene el «carácter socialista del sistema político y social» del país y al Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) como «fuerza dirigente superior».
Uno de sus apartados más discutidos incluye la redefinición del matrimonio como la «unión entre dos personas», lo que facilitaría la legalización de la unión igualitaria, uno de los principales reclamos del colectivo LGTBI en el país caribeño.
Una vez concluida la consulta popular, todas las propuestas serán reunidas en un informe que será entregado a la Comisión Nacional de la Reforma Constitucional encargada de la reelaboración del documento y de su presentación a la Asamblea Nacional, donde será discutido de nuevo y sometido a aprobación.
El siguiente y último paso del proceso será la convocatoria a un referendo nacional el 24 de febrero de 2019 para que la población se pronuncie en las urnas.
La actual Constitución (1976) ha sido reformada de manera parcial en tres ocasiones: en 1978, en 1992 y en 2002, cuando en el texto quedó incorporado el carácter «irrevocable» del socialismo en el país caribeño.