«Creo que sería lo ideal», dijo Ortega al canal interestatal Telesur al ser preguntado sobre si es posible un diálogo con Trump y si ello ayudaría a frenar la supuesta «política» de EE.UU. contra Nicaragua.
El presidente nicaragüense, que dijo que el «veneno» en su país lo pone el «intervencionismo norteamericano», manifestó que la política de ambas naciones está siendo manejada por «grupos de extrema derecha».
Insistió en que los enfrentamientos violentos que vive Nicaragua desde abril pasado, y que han dejado entre 277 y 351 muertos, son financiados por factores internos y externos, cuya «base política está en Miami».
«Allí están los congresistas, allí están los senadores que sienten como que es un deber de ellos acabar con el sandinismo (…) vemos con estos congresistas, como estos senadores marcan claramente a Cuba, a Venezuela a Nicaragua», agregó.
Ortega dijo que durante las protestas en su país ha «habido similitudes» con las manifestaciones del año pasado en Venezuela por lo que reiteró que hay un «financiamiento» para «trasladar esa experiencia» a Nicaragua.
«Incluso aquí han venido de Venezuela, han venido venezolanos de los que han participado en las guarimbas (protestas violentas) de los que son expertos en el manejo de redes sociales a trasladar ese experiencia aquí y han viajado jóvenes financiados por agencias de los EE.UU.», apuntó.
El gobernante nicaragüense recalcó además que el «diálogo, el entendimiento, el consenso» es uno de sus principios y dijo estar abierto a conversar con los empresarios y la Conferencia Episcopal.