El pasado 4 de agosto, Daniel Pintado, se coronó campeón de los Juegos Panamericanos de Lima en los 20 km marcha; a pesar de no ser uno de los favoritos, el azuayo alcanzó la medalla de oro tras un remate espectacular.

Daniel-Pintado
Con un registro de 1 hora, 21 minutos y 51 segundos, Daniel Pintado alcanzó el título en los Juegos Lima 2019. ​Crédito: EFE.

Gritó porque ganó, también porque el camino para llegar a Lima estuvo repleto de obstáculos, de desconfianzas, de inseguridades. Ayer (4 de agosto del 2019) Daniel Pintado se coronó campeón de los Juegos Panamericanos en los 20 km marcha, una prueba llena de historia y victorias para el deporte nacional.

El monarca panamericano dejó atrás al brasileño Ciao Oliveira de Sena, que fue segundo con 01:21.57 y al guatemalteco José Alejandro Barrondo, que ingresó tercero con el mismo tiempo. La ubicación se definió por ‘fotofinish’. El otro ecuatoriano, Mauricio Arteaga, logró el cuarto puesto con 01:22.23, delante del canadiense Evan Dunfee (01:22.27), quien había ganado la prueba en los Juegos anteriores, en Toronto 2015. ​

Del kilómetro 17 al 19 venían los tres punteros juntos, sin conceder tregua en una pelea intensa por adueñarse de la medalla de oro. Sin embargo, en los 500 metros finales, Pintado aceleró el paso, pero sus rivales no reaccionaron, se quedaron, no tuvieron fuerza para seguir el ritmo del azuayo que fue al encuentro con la gloria.

De esta forma, el andarín azuayo ganó los 20 kilómetros marcha, la prueba en la que Ecuador logró los títulos en 1995, 2003 y 2007 con Jefferson Pérez. El anunciador oficial de la competencia, durante la hora y 20 minutos que duró la prueba, repetía y repetía ese antecedente porque los ecuatorianos no lucían en la lista de favoritos.

Los colombianos aguardaban que Eider Arévalo, el campeón del mundo de la distancia en 2017, logre el título, pero en el kilómetro 14 se retiró.

Pintado ya sabía de la condición del brasileño Ciao porque se entrenó en Cuenca antes de venir a los Panamericanos de Lima. Así, el flamante campeón analizó todos esos aspectos para diseñar su estrategia de competencia y apostar a ganar.

“Mi entrenador, Julio Chuqui, siempre hizo énfasis en el remate. Era mi falencia, porque pese a sentirme fuerte, no lo hacía bien. Recordé las palabras que me repetía en los entrenamientos. ‘No sirve si no lo haces, dale, dale; repite, repite’”.

Fuente: El Comercio – Nota Original: LINK