Según la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres y el Centro de Investigación de la Epidemiología de los Desastres (Unisdr), el 92% de los desastres naturales están relacionados con el cambio climático. Y este año, huracanes, tormentas y terremoros se han llevado cientos de vidas y dejado miles de damnificados.

CNN

El 2016 no estuvo exento de desastres naturales que sacudieron al mundo. Además del trágico terremoto en Ecuador, la tierra también tembló en otros lugares.

El 24 de agosto, un sismo de 6 grados en la escala de Richter sacudió el centro de Italia, provocando la muerte de al menos 290 personas y numerosos daños en edificios, especialmente en los municipios de Norcia, en la provincia de Perugia, y los de Amatrice y Accumoli, en Lacio.

El 13 de noviembre, un terremoto de 7,8 grados azotó a Nueva Zelanda. El epicentro se situó 91 kilómetros al noreste de la ciudad de Christchurch, minutos después de la medianoche, dejando dos muertos. Nueva Zelanda se asienta sobre una falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y registra unos 14 000 terremotos cada año.

El 22 de noviembre, un movimiento telúrico de 7,4 grados sacudió el noreste de Japón, la misma zona que quedó devastada en marzo de 2011 tras un potente sismo y posterior tsunami que causaron unas 18 500 muertes. Las autoridades activaron de inmediato la alerta de evacuación en la prefectura de Fukushima y otras tres regiones que abandonaran la costa y se refugiaron en zonas elevadas. Afortunadamente, esta vez, no se registraron víctimas ni daños significativos.

El 6 de diciembre, un terremoto de magnitud 6,5 sacudió el norte de la isla de Sumatra, en Indonesia, el cual dejó más de 100 muertos. Según la Agencia Nacional de Prevención de Desastres (BNPB), el número provisional de heridos alcanzó los 616, de ellos, 136 fueron de gravedad.

El mal clima también cobró protagonismo este 2016. El huracán Mathew, se convirtió en la tormenta más devastadora de la última década en el Atlántico, dejando centenares de muertos y más de dos millones de desplazados en Estados Unidos y el Caribe. Matthew comenzó frente a la costa de Venezuela como una tormenta tropical a finales de septiembre. Las alarmas se activaron cuando avanzó hacia aguas colombianas, en donde el pico del ciclón alcanzó la categoría cinco, con vientos de casi 260 kilómetros por hora.

Matthew se degradó a categoría cuatro mientras avanzaba hacia Las Bahamas y Jamaica. En Cuba destruyó poblaciones enteras. Haití, el país más pobre de América Latina, fue también el más devastado y en donde fallecieron más de 900 personas.

El huracán llegó debilitado al sureste de Estados Unidos causando estragos a su paso por Florida, hasta que tocó tierra entre el 7 y 8 de octubre en Carolina del Sur sin dejar víctimas mortales.

No así a inicios de año, cuando la súper tormenta Jonás, con fuertes vientos que paralizaron la costa y nevadas de más de 36 horas que obligaron a la cancelación de más de 9000 vuelos, cobró la vida de 25 personas en Estados Unidos.