El representante de los empresarios, Roberto Aspiazu, calificó al desmontaje de una parte de las salvaguardias como un paso “positivo pero insuficiente, considerando que debían ser totalmente eliminadas, dada la recesión económica”.
Exportaciones e importaciones de materia prima y bienes de capital se han reducido en la misma proporción, por lo que a la final las salvaguardias terminan por cumplir un fin recaudatorio y no de equilibrio de la balanza comercial, aseguró. «El perjuicio para el país es que se vuelve menos competitivo en el mercado internacional».
Con respecto a la posible aplicación de un plan B, mencionado por el presidente Rafael Correa el martes pasado si no se llega a firmar el acuerdo para mantener las preferencias arancelarias con el sector exportador hasta diciembre de este año, Aspiazu mencionó que es difícil pensar en reponer 100 millones de dólares, cuando el Estado no tiene los recursos para cumplir con otras obligaciones previas.
No obstante, dijo que la petición de la Comisaría de Comercio de la UE de acelerar las negociaciones es una señal de que el acuerdo podría firmarse a mediados de diciembre.