La banda, que traficaba y vendía cocaína, pasta básica de cocaína y marihuana, también tenía en su poder armas sin licencia y artefactos explosivos.
El ministro del Interior, Mauro Medina, explicó que esta organización criminal operaba desde el 2005 y administraba el 95 % de la comercialización de droga en la región de Ica, cuya homónima capital se encuentra 300 kilómetros al sur de Lima.
Las detenciones se efectuaron en un gran operativo en el que se allanaron 68 inmuebles de manera simultánea y se decomisaron 45 vehículos gracias a la participación de 780 agentes de la Policía y el apoyo de 68 fiscales especializados en crimen organizado.
El cabecilla de la organización criminal fue identificado como Juan Huachua, de 35 años, conocido con los apodos de «El Capo» o «El Botija», quien no pudo ser detenido por las autoridades en este operativo y continúa en paradero desconocido.
Huachua utilizaba su vivienda como almacén para grandes cantidades de droga que traía del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), la mayor cuenca cocalera de Perú, donde se fabrica cerca del 70 % de las alrededor 400 toneladas de cocaína que produce el país anualmente.
Su lugarteniente era su madre, María Angélica Gonzáles, también conocida como «Doña María», mientras que su pareja, Piedad Carhuayo ejercía igualmente como acopiadora y administradora económica.
Debido a que su campo de acción resultaba muy extenso, la organización había conformado una estructura criminal a partir de zonas de distribución, sectores de venta y vínculos de familiaridad.
Para defender su hegemonía en la región reclutaban avezados delincuentes y agentes de la Policía en actividad, como Joel Roca, César Ramos, Christian Pimentel y Néstor Rivera.
Ellos advertían a los líderes de la organización sobre acciones de inteligencia, operativos e investigaciones de la Policía o la Fiscalía en contra de sus integrantes.
Les alertaban sobre posibles desplazamientos de policías a las zonas donde se encuentran las viviendas en las que comercializaban grandes cantidades de droga y planeaban intervenciones donde allanaban locales vacíos en los que incautaban pequeñas cantidades y detenían miembros del menor escalafón de la organización.
Fuente: EFE