El republicano llegó con un duro mensaje sobre la inmigración ilegal a California, en su primera visita desde que asumió el cargo al estado fuertemente demócrata y que ha sido una base de resistencia a muchas de sus políticas.
Trump discutió los beneficios de los diferentes prototipos con funcionarios fronterizos, su jefe de gabinete John Kelly y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen. «El muro fronterizo es nuestra primera línea de defensa», sostuvo el republicano.
Trump pidió al Congreso 18.000 millones de dólares para construir la barrera, pero el financiamiento quedó atrapado por la controversia sobre una serie de restricciones a la inmigración que el mandatario propuso junto a congresistas republicanos.
Burla y protesta
Del otro lado de la frontera, residentes mexicanos de un barrio pobre de Tijuana se burlaron de la idea de que el muro fronterizo detenga a los migrantes y calificaron el proyecto como un desperdicio de dinero.
En la visita, Trump apuntó a las «ciudades santuario», que según los críticos protegen a los inmigrantes ilegales de la deportación. La semana pasada, el Departamento de Justicia presentó una demanda acusando a California de violar la Constitución y poner en peligro a los agentes federales al aprobar leyes que protegen a los ilegales.
El gobernador demócrata de California, Jerry Brown, promulgó una ley en octubre que impide que la policía pregunte sobre el estatus migratorio y reduce la cooperación de las fuerzas de seguridad con los funcionarios de inmigración.
Brown, que acusa al gobierno de Trump de ir a la guerra contra el estado más poblado del país, asegura que la ley fue elaborada con las recomendaciones y el apoyo de la policía estatal.
Tras su escala en San Diego el mandatario se trasladará a Los Ángeles, donde participará en un evento para recaudar fondos en Beverly Hills. Un funcionario republicano dijo que en el acto se recaudarán 5 millones de dólares de 90 personas, fondos que serán destinados a una potencial campaña de reelección de Trump en 2020 y al Comité Nacional Republicano.
Fuente: El Universo