Este cambio ha sido posible gracias a la nueva infraestructura con la que cuenta la Policía y el trabajo articulado que se realiza con el Sistema Integral de Seguridad ECU 911. Manabí es uno de los tantos ejemplos que residen en todo el país.
Por ejemplo, el caso de la provincia de Esmeraldas, en 2015 tuvo una tasa de 15.24 homicidios, mientras que en la actualidad se ubicó en el 12.33. Por su parte, Sucumbíos, que tenía 15.07 pasó al 10.92; y Pastaza bajó de 6 a 1.95 muertes violentas.
También se resalta la efectividad de casos resueltos en el Ecuador. En el 2015 se resolvió el 45.8 por ciento de casos, a diferencia de 2016, que se han resuelto un 57.3 por ciento de los sucesos. A escala nacional se evidencia un decrecimiento de 100 muertes violentas y homicidios, en comparación al 2015. En dicho año hubo 927 casos, con una tasa de 5.69, mientras que en el 2016 se han presentado 827 muertes violentas, con una tasa de cinco muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
Estos cambios sustanciales incitaron el reconocimiento del Instituto Igarapé de Brasil, institución que reconoció los cambios en materia de seguridad ciudadana y ubicó tres ciudades ecuatorianas como las más seguras de la región.