El ministro de Economía de Ecuador, Richard Martínez, encabezó la delegación que se reunió este lunes 11 de junio con el director del FMI para América Latina, Alejandro Werner, y otros altos cargos del Fondo para «mantener un canal abierto de diálogo» con la institución multilateral, según destacó el Gobierno ecuatoriano.
«La finalidad de la gira en Washington es mantener un canal abierto de diálogo entre el Gobierno ecuatoriano y el FMI para intercambiar información sobre la coyuntura económica del país», apuntó en un tuit el Ministerio de Hidrocarburos ecuatoriano, también representado en este viaje.
Además de reunirse con altos directivos del FMI, la delegación ecuatoriana, que también cuenta con la gerente del Banco Central de Ecuador, Verónica Artola, se encontró con dirigentes del Banco Mundial (BM) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Con este acercamiento, el Gobierno del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, «busca fortalecer la credibilidad del país con la comunidad financiera internacional y avanzar en la aplicación de mejores prácticas respecto al manejo económico nacional», según un comunicado del Ministerio de Economía.
El Ejecutivo de Moreno ha tratado de acercar posiciones con los organismos multilaterales de crédito en los últimos meses después de que el anterior presidente, Rafael Correa, criticara especialmente durante su mandato el papel del FMI en el panorama financiero global.
Después de los encuentros con diferentes organismos multilaterales, la representación ecuatoriana se dirigirá a Nueva York para reunirse con un grupo de importantes bancos de inversión. En su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales, difundido en abril, el FMI proyectó que el producto interior bruto (PIB) de Ecuador crecerá un 2,5 % este año y un 2,2 % en 2019.
El Fondo aprobó en julio de 2016 un préstamo de 364 millones de dólares para Ecuador, con el objetivo de ayudar al país suramericano a hacer frente a «una urgente necesidad de balanza de pagos» tras el potente terremoto de abril de ese año que dejó más de 660 muertos y provocó importantes destrozos.
Fuente: El Telégrafo