Ecuador está sentando las bases para la llegada de las fuerzas estadounidenses, según planes obtenidos por CNN, mientras su presidente pide al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ayude a combatir las poderosas pandillas en un país que alguna vez fue conocido como la “isla de la paz”.

Obtenido por CNN

Según un alto funcionario ecuatoriano familiarizado con la planificación, la construcción de una nueva base naval en la ciudad costera de Manta forma parte de esos preparativos, con viviendas tipo cuartel y oficinas administrativas diseñadas para apoyar operaciones sostenidas y al personal militar estadounidense. El funcionario solicitó el anonimato por no estar autorizado a hablar públicamente.

“Se espera que estas instalaciones sean eventualmente ocupadas por soldados estadounidenses”, declaró el funcionario a CNN.

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, no ha ocultado su deseo de contar con tropas extranjeras en el terreno mientras las pandillas desatan el terror en todo el país, una solicitud que se espera que reitere este fin de semana. Noboa se reunirá este sábado en Florida con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para hablar sobre inmigración, comercio y “cooperación en seguridad”. Noboa declaró a la BBC que desea que Estados Unidos, Brasil y los países europeos se unan a su lucha contra las pandillas. Durante una entrevista a principios de marzo, el presidente dijo que Ecuador está lidiando con grupos narcoterroristas internacionales y que su país necesita la ayuda de fuerzas internacionales. En una entrevista radial local, dijo que su Gobierno ya estaba en conversaciones para recibir apoyo militar extranjero para provincias como Guayas, conocida por su alta tasa de criminalidad, pero no especificó qué países participaban en las conversaciones.

“Tenemos un plan en marcha con nuestras fuerzas del orden, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas, el Centro de Inteligencia Estratégica y la asistencia y el apoyo internacional de las fuerzas especiales. Eso es esencial”, declaró a Radio City de Guayaquil.

Los esfuerzos de Noboa dependen en gran medida de la segunda vuelta presidencial de abril, ya que se enfrentará a la candidata izquierdista Luisa González, quien se opone a la presencia de cualquier fuerza extranjera en el país.

El rápido ritmo de construcción en Manta, según el funcionario, refleja la prontitud con la que Ecuador espera recibir ayuda internacional.

Los planos de construcción, obtenidos en exclusiva por CNN, muestran que el Ministerio de Defensa de Ecuador firmó recientemente un acuerdo con la autoridad portuaria de Manta para construir un muelle de 150 metros y ampliar el puerto existente en más de 700 metros cuadrados.

Los proyectos cuentan con el apoyo de Estados Unidos, según documentos, y un representante estadounidense estuvo presente en la firma del acuerdo, dijo el funcionario ecuatoriano.

Una representación de un muelle flotante, fechada en agosto de 2024, lleva la etiqueta “Southcom Floating Dock”, una aparente referencia al Comando Sur de Estados Unidos, también conocido como Southcom. Otra representación, fechada en junio de 2024, presenta el logotipo de la Agencia Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL, por sus siglas) del Departamento de Estado de Estados Unidos y el nombre del proyecto “Contenedores equipados para la Unidad especial antinarcóticos de Ecuador y la DEA”, y describe el proyecto como una “colaboración internacional con la Embajada de EE.UU.”.

Los planes para estos proyectos han continuado durante la administración Trump. El 26 de marzo, el Gobierno de Ecuador anunció la reanudación en el país de varias inversiones respaldadas por Estados Unidos, que habían sido suspendidas debido a factores geopolíticos. Se destinarán cientos de miles de dólares a la construcción de un muelle y una base vinculada a la DEA.

“El presidente Trump está firmemente comprometido con el fortalecimiento de la cooperación bilateral en materia de seguridad con Ecuador, incluyendo el reciente acuerdo en Manta, y está considerando ampliar nuestros esfuerzos conjuntos contra las organizaciones criminales transnacionales”, declaró a CNN el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, James Hewitt, en respuesta a preguntas sobre los planes.

Existe un precedente: la última vez que tropas estadounidenses operaron aquí fue de 1999 a 2009, en la ahora desaparecida Base Aérea de Manta. En aquel entonces, realizaban vuelos de vigilancia sobre las rutas de la droga en el Pacífico oriental.

Noboa también solicitó públicamente a la administración Trump que designe a los grupos armados ecuatorianos como organizaciones terroristas, como ya lo ha hecho con varios grupos del crimen organizado en la región. Dicha designación podría facultar al Gobierno estadounidense para utilizar la fuerza militar en el extranjero para combatir a estos grupos.

“Cuando llegan tropas de otro país, traen recursos. Y eso es lo que más necesitamos”, declaró a CNN el ministro de Defensa de Ecuador, Gian Carlo Loffredo, durante una reciente visita al país.

De una “isla de paz” a un país en vilo

Ecuador tiene ahora la tasa de homicidios más alta de Latinoamérica, según InSight Crime, registrando casi el doble de asesinatos que México. Este aumento se ve impulsado por las rutas del narcotráfico, las disputas territoriales y las alianzas entre bandas locales y cárteles extranjeros.

En ciudades como Guayaquil y Durán, CNN se unió a las Fuerzas Armadas y a la Policía de Ecuador durante redadas nocturnas. Se detonaron escondites y se detuvo a sospechosos. En una vivienda, se encontraron indicios de tortura: suelos manchados de sangre, pistolas Taser y cuerdas. En otra, un altar a la Santa Muerte, el santo venerado por el cártel de Sinaloa de México y ahora adoptado por las pandillas ecuatorianas. Los grafitis de Los Choneros, una de las pandillas más temidas del país, marcan muro tras muro.

A pesar de los operativos de gran envergadura, muchos funcionarios admiten que la violencia se siente más controlada que reprimida. Aun así, se realizaron decenas de arrestos.

“Los cárteles, las pandillas y otras organizaciones criminales transnacionales en nuestra región participan en una amplia gama de actividades ilícitas, desde el narcotráfico hasta el lavado de dinero, el tráfico de inmigrantes ilegales y la trata de personas, que ponen en peligro la salud, el bienestar y la seguridad de los estadounidenses comunes”, declaró la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, durante su testimonio ante la comisión selecta de Inteligencia del Senado el martes.

La ubicación de Ecuador –rodeado por los principales productores de cocaína del mundo, Perú y Colombia– y sus puertos de aguas profundas lo convierten en un punto de tránsito clave para el narcotráfico. Pero su vulnerabilidad va más allá de la geografía.

La economía dolarizada y las políticas de visas históricamente laxas facilitan el movimiento de dinero y personas por parte de las redes criminales. Y la corrupción, según los expertos, facilita el proceso.

“Es generalizada y de gran alcance”, declaró James Bargent de InSight Crime. “La corrupción está descontrolada, desde los niveles más bajos de la Policía hasta las altas esferas del poder político, lo que facilita el tráfico y brinda protección a los grupos criminales involucrados”.

Esta realidad se manifiesta en las calles. Un pandillero de alto rango, en declaraciones a CNN, admitió múltiples asesinatos y dijo que sobornar a la Policía es algo habitual. “Claro que les pagamos”, afirmó. “La Policía ecuatoriana es barata”. Aseguró que los sobornos garantizan un paso seguro, generan pistas sobre redadas e incluso obtienen protección.

En Durán, una de las ciudades más violentas del país, el jefe de Policía Roberto Santamaría reconoció la corrupción entre los agentes. Explicó que a veces emplean pruebas de polígrafo aleatorias y revisan las cuentas bancarias para detectar actividades inusuales con el fin de erradicar a los agentes corruptos.

Buscando respaldo global

Noboa ha presentado su ofensiva como una lucha interna y una petición de ayuda global. De cara a la segunda vuelta electoral, prevista para el 13 de abril, se ha posicionado como un firme defensor de la seguridad. En enero, él y su esposa estuvieron sentados en primera fila en la toma de posesión de Trump, aplaudiendo mientras el presidente prometía combatir a los cárteles y restablecer la ley y el orden.

A diferencia de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien ha rechazado firmemente la participación de tropas extranjeras en la lucha contra los cárteles en su país, Noboa la busca activamente. Se espera que su reunión presencial con Trump este fin de semana sea su solicitud más directa hasta la fecha para obtener el respaldo de Estados Unidos.

Antes de partir hacia Florida, Noboa también abordó este viernes la mejora de las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos. “Somos uno de los pocos países donde se están reanudando los programas de cooperación”, declaró Noboa a Radio Centro. “Estamos trabajando en seguridad, en generar empleo para que la gente no se vaya. Y Estados Unidos ha honrado esa relación”.

Los esfuerzos de Ecuador no se limitan a las alianzas gubernamentales. Este mes, Noboa anunció una “alianza estratégica” con Erik Prince, fundador de la empresa militar privada anteriormente conocida como Blackwater.

La alianza, que Noboa describió como parte de su plan para combatir el narcoterrorismo y la pesca ilegal, fue recibida con fuertes críticas dentro de Ecuador, incluso por parte de un excomandante del Ejército que advirtió de la posibilidad de recurrir a un “ejército mercenario”. Aun así, demuestra hasta qué punto Noboa está dispuesto a llegar para conseguir apoyo externo.

“Están ayudando con entrenamiento en guerra urbana… y aportando nueva tecnología”, declaró Noboa este viernes, al hablar sobre la participación de Prince. “Han operado en una docena de países, incluido Estados Unidos”.

Para Noboa, el apoyo extranjero no es una esperanza lejana; es una estrategia que ya está en marcha. Ecuador está expandiendo su infraestructura militar, superando obstáculos políticos y presentando su caso ante la región, sus ciudadanos y, ahora, directamente ante Estados Unidos.

Queda por ver si esa ayuda llegará, o llegará pronto.

Fuente: CNN en Español – Nota original