El drama del desplazamiento forzoso golpea con fuerza en pleno siglo XXI en la medida en que el globo terráqueo convulsiona, ya sea por los conflictos armados por el reparto territorial, la posesión del petróleo o como resultado del cambio climático, temas sobre los que repasa este lunes la humanidad en el Día Mundial del Refugiado.

Agencia Andes

Mientras Europa vive una crisis sin precedentes por la llegada masiva de migrantes que huyen de conflictos bélicos y ha establecido una política de puertas cerradas, Ecuador, un pequeño país de Suramérica, es considerado como un referente mundial en la acogida de refugiados, el 95,14% provenientes de Colombia, donde el conflicto armado ha sido el principal causante de esta situación.

A partir del año 2000, con la implementación del denominado “Plan Colombia para la paz” por el gobierno colombiano, ocasionó que miles de campesinos deban salir huyendo como consecuencia de los constantes enfrentamientos entre el ejército colombiano y grupos armados. Por otro lado, por las fumigaciones con glifosato en zonas extensas en las que no solo existían cultivos de coca o amapola sino también cultivos lícitos, que significaban el sostén económico de familias; y la afectación a la salud de la población por los químicos utilizados, el número de solicitudes de refugio se incrementó con la migración masiva de ciudadanos colombianos, los cuales llegaron a Ecuador en busca de protección internacional.

Según datos del Viceministerio de Movilidad Humana, hasta febrero de este año Ecuador había recibido 233.049 solicitudes, y hasta junio de este año, otorgó el estatus de refugiados a 60.329 personas. Más de 57.325 son de nacionalidad colombiana, un panorama que podría revertirse a partir de la firma de los acuerdos de paz que se negocian en La Habana desde 2012.

El otro porcentaje de nacionales que llegan a Ecuador a solicitar refugio proviene de hasta 70 nacionalidades, entre ellas Afganistán, Irak e incluso Siria, según dijo a Andes Sonia Aguilar, oficial de Información Pública de la Oficina del Alto Comisionado de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).

“Ecuador ha dado una respuesta afectiva a esas personas, reconociendo sus situación, dándole una serie de derechos, dándoles un documento, y eso es algo importante porque hoy en día vemos en un contexto internacional donde hay tanto debate sobre de hasta qué punto los países deben acoger a las personas, hasta qué punto deben dar derechos; el hecho de que Ecuador reconozca en su Constitución, por ejemplo, el derecho a buscar el refugio en un país que no es el tuyo, el derecho a la movilidad humana, que esas personas tengan el mismo derecho que el resto de ecuatorianos, es algo que debe ser un referente y debe ser destacado”, dijo Aguilar.

Al respecto, la viceministra de Movilidad Humana, María Landázuri, señaló que Ecuador ha enfrentado un gran reto, basado, principalmente, en la necesidad de generar políticas públicas migratorias que permitan al Estado actuar de manera eficiente y eficaz, y enfocadas a proveer asistencia a los solicitantes y a sus familiares.

La crisis se agudizó desde 2015

La Acnur asegura que la situación se agravó en 2015, cuando se alcanzó el mayor nivel jamás registrado, pero en el avanzado 2016 el panorama no mejora. A finales del año pasado 65,3 millones de personas estaban desplazadas, en comparación con los 59,5 millones sólo 12 meses antes. Esta es la primera vez que se supera el umbral de los 60 millones.

Ese total comprende los 3,2 millones de personas en países industrializados que a finales de 2015 esperaban una resolución sobre sus solicitudes de asilo (el mayor número global registrado por Acnur), los 21,3 millones de refugiados en todo el mundo (1,8 millones más que en 2014, y la cifra de refugiados más alta desde principios de los 90), y los 40,8 millones de personas que se habían visto forzadas a huir de sus hogares, pero que permanecían dentro de las fronteras de sus propios países (un incremento de 2,6 millones respecto a 2014, y el mayor número registrado).

Según ese documento, el desplazamiento forzado ha ido en aumento en la mayoría de las regiones, por lo menos, desde la mitad de la década de los 90, pero en los últimos cinco años el ritmo de ascenso ha incrementado, debido a que existen conflictos de larga data como en Somalia y Afganistán, o también por el surgimiento de otros o la reactivación de algunos como en Siria, y en los últimos cinco años en Sudán del Sur, Yemen, Burundi, Ucrania, República Centroafricana, entre otros.

El organismo internacional asegura que tan solo hace 10 años, a finales de 2005, la Acnur registraba una media de 6 personas desplazadas cada minuto y en la actualidad ese número se disparó a 24 por minuto.

“Cada vez hay más gente desplazada por la guerra y la persecución, y esto ya es preocupante, pero los factores que ponen en peligro a los refugiados también se están multiplicando”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, al analizar la situación.

Señaló que en el mar, un número escalofriante de refugiados e inmigrantes están muriendo cada año; en tierra, las personas que huyen de la guerra están encontrando su camino bloqueado por fronteras cerradas. Las políticas están gravitando hacia posturas contrarias al asilo en algunos países.

Este año, la Acnur hará el siguiente pedido ante la ONU:  Garanticen que todos los niños refugiados tengan acceso a la educación; garanticen que todas las familias refugiadas tengan un lugar seguro donde vivir; garanticen que todos los refugiados puedan trabajar o formarse para adquirir nuevas competencias y así poder contribuir positivamente a sus comunidades.

Entre los países analizados por el informe Tendencias Globales de la Acnur, resaltan por la cantidad de refugiados que generan Siria con 4,9 millones, Afganistán con 2,7 millones y Somalia con 1,1 millones, los que en total sumaron más de la mitad de los refugiados bajo el mandato de Acnur en todo el mundo.

Por otro lado, Colombia con 6,9 millones, Siria con 6,6 millones e Irak con 4,4 millones, registraron las mayores cifras de desplazados internos. Yemen fue el mayor generador de nuevos desplazados internos en 2015, con 2,5 millones de personas, lo que equivaldría a un 9 por ciento de su población.

La agencia de la ONU a cargo del tema señala que la mayoría de los desplazados viven en el Sur del planeta y en total, el 86 % de los refugiados bajo el amparo de Acnur en 2015 estaban en países de rentas bajas y medias, próximos a zonas de conflicto.

Esta cifra sube a más del 90% del número total de refugiados en el mundo si se incluye a los refugiados palestinos bajo la responsabilidad de la organización hermana de Acnur, la UNRWA.

A nivel mundial, Turquía fue el mayor país de acogida con 2,5 millones de refugiados mientras que El Líbano acogió a más refugiados en comparación con su población que ningún otro país (183 refugiados por cada 1.000 habitantes). En relación al tamaño de su economía, la República Democrática del Congo fue el país que más acogió (471 refugiados por cada dólar de PIB per cápita, medidos en términos de paridad del poder adquisitivo).

Mientras tanto, entre los países industrializados, 2015 fue también un año récord en nuevas solicitudes de asilo, con dos millones de peticiones, con lo cual el número de casos pendientes de resolución a finales de año llegarán a 3,2 millones.

Alemania recibió más solicitudes de asilo que ningún otro país (441.900), reflejando ampliamente su disposición para recibir a las personas que huían a Europa a través del Mediterráneo. Estados Unidos tuvo el segundo mayor número de peticiones de asilo (172.700), muchas de ellas de personas que huían de la violencia de las pandillas en Centroamérica. Asimismo, se observaron cifras importantes de solicitudes en Suecia (156.000) y Rusia (152.500).

Los niños y niñas constituyeron el 51 % de los refugiados en todo el mundo en 2015, de acuerdo con los datos que Acnur presentó, según el cual “es alarmante ver que muchos eran menores separados de sus padres o que viajaban solos”.

En total, se presentaron 98.400 solicitudes de asilo por parte de menores no acompañados o separados de sus familias, con lo cual se convirtió en la cantidad más alta registrada y un trágico reflejo de cómo el desplazamiento forzado global está afectando de manera desproporcionada las vidas de los jóvenes.

La suerte del niño sirio Aylan Kurdi conmovió a la humanidad respecto al flagelo que azota a la humanidad en el mundo contemporáneo, aunque no es nuevo, pero la situación persiste.

El diario estadounidense Huffington Post señala que conflictos como el sirio, que supera ya los cinco años de tragedia, mantienen al alza un flujo que acaba tratando de llegar a Europa en frágiles embarcaciones o travesías de semanas, sin casi bienes.

Datos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), citados por ese rotativo, precisan que sólo en 2015, casi 4.000 personas se ahogaron en el Mar Mediterráneo, el 70% de los exiliados muertos en el último año en todo el mundo.

Según Acnur, la guerra en el país de origen de Aylan sigue siendo a nivel mundial la principal causa de desplazamiento, el que a finales de 2015 había conducido al menos a 4,9 millones de personas al exilio como refugiados, y había desplazado a 6,6 millones internamente.

La guerra civil en Yemen, que comenzó en 2015, contabilizaba a finales de diciembre 2,5 millones de desplazados; más nuevos desplazados que cualquier otro conflicto en el mundo. Además, de 5,2 millones de palestinos refugiados bajo el mandato de la UNRWA; medio millón de libios forzados a huir de sus hogares y que permanecen en el país, más otros afectados por situaciones de menor envergadura,

En tanto, el África Subsahariana tuvo las mayores cifras de desplazamiento en 2015 tras Oriente Medio y Norte de África; y en ese mismo período la región de Asia y Pacífico tenía al menos uno de cada seis refugiados y desplazados internos en todo el mundo, convirtiéndose en la tercera región del mundo con mayor desplazamiento.

En América, la Acnur reportar un número creciente de personas que huyen de las maras y pandillas así como otro tipo de violencia en Centroamérica, causas que contribuyeron a elevar hasta un 17% el desplazamiento en la región. Los refugiados y solicitantes de asilo procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras sumaron un total de 109.800 personas, la mayoría alcanzando México y Estados Unidos, quintuplicando las cifras en los últimos tres años. Colombia, con una crisis prolongada, continuó siendo el mayor país en desplazamiento interno (6,9 millones).

Mientras, en Europa, fueron detonantes de este fenómeno la situación en Ucrania, la proximidad de Europa a Siria e Irak, sumada a la llegada de más de un millón de refugiados e inmigrantes por el Mediterráneo, la mayoría procedentes de los 10 principales países de origen.

En total, los países europeos generaron alrededor de 593.000 refugiados –en su mayoría desde Ucrania, y acogieron 4,4 millones, del total  2,5 millones en Turquía.