Richard Martínez señaló que si Ecuador no cierra el acuerdo comercial con la Unión Europea en este año, a partir del 1 de enero, que terminan las preferencias arancelarias, una serie de productos ecuatorianos deberán pagar impuestos para entrar a ese mercado, y en consecuencia nperderán competitividad en comparación con los de Perú y Colombia.
Martínez comentó, además, que el tiempo ha generado una presión positiva para que desde el Gobierno Nacional se tomen las decisiones correctas para cumplir con los tiempos. “El 11 de noviembre debería darse la firma del acuerdo provisional, y si en esa fecha se logra este objetivo podemos tener mucha tranquilidad sobre la no afectación a la exportación de nuestros productos”, dijo.
Asimismo, enfatizó que el acuerdo con la UE favorece al país porque en la medida que las exportaciones no pierdan competitividad se podrán mantener las plazas de trabajo y se podrá generar más inversión. “En la actualidad, cerca del 70% de las exportaciones de la Economía Popular y Solidaria tienen un destino a la UE. Lo mismo sucede con las PYMES”, acotó.
De su lado, José Antonio Camposano afirmó que es una anhelo del sector exportador de contar, más allá de un acuerdo comercial con la UE, con la certeza de un tratamiento preferencial arancelario a largo plazo que permita el ingreso se productos ecuatorianos a un mercado de 300 millones de habitantes.
Camposano manifestó que para el sector camaronero es de enorme importancia contar con un acuerdo comercial con Europa porque este mercado importa más del 30% de la producción. “Si no se logra la firma, después de 1 de enero, son 10 puntos más de arancel, y eso significa más de 80 millones anuales de dólares que se pagarán», expresó.
Acotó, además, que en la actualidad al país más de 800 millones de dólares anuales por concepto de exportación de camarón, y con este acuerdo se llegará a los 1 000 millones. “Hoy, un millón de plazas de trabajo en Ecuador están relacionadas directa o indirectamente con la actividad exportadora a la UE”, informó.
Mientras tanto, David Molina apuntó que desde el sector automotriz miran este acuerdo comercial como positivo para el país, más allá de que a esta industria le pueda afectar la llegada de vehículos europeos más baratos que ingresarán a Ecuador con cero arancel. “El acuerdo es positivo porque habrá más liquidez en la economía y más confianza en la ciudadanía. La gente comprará más vehículos, y evidentemente ensamblados en el país”, mencionó.
Molina aseguró que el Gobierno ecuatoriano, al acordar la apertura del comercio con la UE, debe redefinir su política arancelaria a favor del sector industrial ecuatoriano, y afirmó que lo lógico es que las materias primas tengan una reducción arancelaria para competir con vehículos europeos. “Un vehículo que se ensambla en Ecuador paga 15% de arancel como mínimo, y competirán con vehículos que pagan 0%. Eso no es lógico”, detalló.