El 21 de agosto, un día después de que México anunciara que los ecuatorianos necesitarán visa para entrar a ese país, aquí se sintieron los primeros efectos: se agotaron los vuelos hacia el país azteca. Los últimos pasajes triplicaron su costo con relación a lo que se vendía antes de la decisión.

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Este dato lo confirman las agencias de viaje y advierten que a las pocas horas del anuncio se registró “un fenómeno anormal”, pues hubo mayor demanda en la venta y en el cambio de boletos adquiridos con anterioridad. Todos buscan viajar antes del 4 de septiembre, cuando comenzará a regir el visado obligatorio.

En esta época las operadoras tienen identificados tres tipos de viajeros: turistas (familias o estudiantes), corporativos por capacitaciones y migrantes. La Embajada de México identificó que siete de cada 10 ecuatorianos que viajan a su país no regresan.

El incremento de viajeros se reporta desde el 2018, cuando el país azteca retiró el visado para los ecuatorianos. Es el segundo país, después de EE.UU. con mayor preferencia para viajar, según las cifras del Ministerio de Gobierno.

Sin la exigencia de la visa, esa nación se convirtió es una especie de puente que los ecuatorianos usan para llegar a suelo americano a través de pasos fronterizos clandestinos, en condiciones irregulares y con el apoyo de coyotes. En ese trayecto hay ecuatorianos desaparecidos.

El Gobierno de México justificó en ese movimiento inusual su decisión unilateral de retomar el requisito para el viaje. Esa noticia, dice la presidenta de la Asociación Ecuatoriana de Agencias de Viajes y Turismo en Azuay, Silvia Parra, hizo que la gente entre en desesperación y compre los boletos con las tarifas altas.

Ella constató que dos horas después de la noticia, los boletos pasaron de USD 1 200 a USD 2 100 y más. “Al día siguiente las tres aerolíneas que operan con vuelos directos o con escala a territorio azteca tenían sus boletos agotados hasta el 3 de septiembre”.

Otro ejecutivo de una operadora del Austro explicó que la gente compró hasta los boletos sobrevalorados de primera clase que superaban los USD 3 500. Uno de los migrantes pagó una alta penalización por cambio de fecha.

Este azuayo debía ir el 28 de septiembre y partió el pasado miércoles. “No queda más que adelantar el viaje, porque los nuevos requisitos nos ponen en situación bastante difícil”, comentó antes de marcharse.

Algunas operadoras recibieron hasta llamadas telefónicas desde México solicitando boletos para sus viajeros ecuatorianos y no descartan que hayan sido coyoteros.

Santiago Yumbla, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Agencias de Viaje y Tours Operadores, no puede confirmar el verdadero objetivo del viaje, pero hay casos en los que una sola persona compra hasta tres boletos. Otros, en cambio, lo hacen en línea.

“Como operadora vendemos boletos, no incentivamos la migración”, dice Yumbla. Él ha visto dos momentos en el incremento de viajeros: en junio cuando se reabrió el aeropuerto tras el confinamiento por la pandemia del covid-19 y a partir de noviembre, tras el triunfo del presidente Joe Biden, que llegó con una política migratoria no represiva.

Fuente: El Comercio, nota original: LINK