Cuatro días han pasado desde que el cuerpo de Jorge Banda fuera sepultado en un cementerio de Guayaquil. Su familia aún está intranquila, pues dice que su despedida no fue digna.
Su cuerpo fue colocado directamente en una bóveda solo en una bolsa de plástico. “Pagamos por un féretro, pero al final nos dijeron que no había. Luego lo metieron en la bóveda sin un cofre mortuorio”, lamentó su yerno Mauricio.
El caso de esta familia no es aislado. Al menos 50 personas que fallecieron durante la emergencia sanitaria, por el covid-19, han sido sepultadas de esta manera en el Puerto Principal. Jorge Wated, encargado de la Fuerza de Tarea que gestiona los levantamientos e inhumaciones, admitió esta realidad.
El funcionario, en una entrevista con el diario El Comercio, explicó que por el déficit de féretros en Guayaquil, las primeras personas sepultadas no tuvieron una caja mortuoria, pero aseguró que se siguieron todos los procesos legales.
Para mitigar este problema, la Asociación de Cartoneros del Ecuador donó al Gobierno 3 mil ataúdes de cartón corrugado para las sepulturas.
Parte de estos insumos ya fueron utilizados en los sepelios que se realizan en el camposanto Parques de La Paz. Allí, al menos 150 personas han sido enterradas en espacios unipersonales y se espera que hoy otras 50 sean sepultadas.
En los posteriores días se realizarán 100 inhumaciones diarias. El Municipio de Guayaquil también recibió del gremio, una donación de mil ataúdes, que empezó a entregar a los deudos que los requieran.
El incremento de fallecidos en Guayaquil ha ocasionado que la búsqueda de féretros cada vez sea más difícil para los familiares. Incluso hay quienes dicen que es una tarea casi imposible.
Eso, por ejemplo, piensan los allegados de Luis Córdova, un hombre que perdió la vida el pasado 27 de marzo. Su hijo, quien lleva el mismo nombre, contó que recorrió seis funerarias para encontrar un ataúd.
La familia realizó el proceso para el entierro del padre particularmente. “Ahora nadie tiene cajas fúnebres, me tocó pagar el doble para conseguir. Imagínese, me costó USD 800 un ataúd sencillo, que normalmente está en 400”, señaló.
La Federación de Funerarias de Guayaquil también confirma estos hechos. Su presidente, Merwin Terán, dijo que desde hace una semana la masiva demanda de cofres desbordó la capacidad de las funerarias.
Por eso, los propietarios de estos negocios también han optado por los ataúdes de cartón y los ofrecen con todos los servicios exequiales por USD 250. “Son féretros ecológicos que traemos desde Quito. Los familiares obviamente quieren un ataúd de madera, pero ahorita no hay en ninguna parte. Hemos intentado comprar madera para fabricar cofres, pero nadie nos quiere vender el material”, señala.
Según Wated, “un ataúd de cartón es más digno que enterrarlos en bolsas o sin nada”. Además, sostiene que Guayaquil vive una emergencia en donde todos los días mueren unas 250 personas.
“Esto es un terremoto todos los días. Si usted suma todos los fallecidos en Guayaquil, ya triplicamos al número de personas que murieron en el terremoto de Manabí y Esmeraldas. En este momento nada puede ser perfecto, como uno quisiera”.
Esa realidad se refleja en las estadísticas oficiales de la Fuerza de Tarea que levanta los cadáveres. Ese organismo desde el pasado 23 de marzo hasta el sábado 4 de abril, retiró 1 350 cuerpos en domicilios y en hospitales públicos por distintas enfermedades, incluyendo casos confirmados y con sospechas de covid-19.
Sin embargo, la situación en los próximos meses podría agravarse, ya que el Gobierno estima que las víctimas por coronavirus pueden subir a 2 500. “El Estado, en estos momentos, no tiene recursos para traer ataúdes de madera. Hemos conseguido una donación de 20 (de madera), pero son 20, para las proyecciones que tenemos no es nada”.
La crisis que se vive en torno a los fallecidos no solo se concentra en las casas y en los cementerios. La identificación de los cadáveres en las morgues de hospitales también registra atrasos, especialmente en el Hospital del IESS de Ceibos, en el norte de Guayaquil.
El encargado de la Fuerza de Tarea confirmó ayer que un grupo de fallecidos en esa casa de salud constan por ahora como N.N. y están en proceso de identificación.
El hecho se originó en días anteriores, supuestamente cuando familiares, en medio de su desesperación por encontrar los restos de sus seres queridos, ingresaron a la morgue del hospital y rompieron las bolsas y documentos de identidad.
Esos cuerpos ya fueron trasladados al camposanto Parques de La Paz, en donde se realizará la identificación con agentes de Criminalística y personal del hospital.
Y esto se hará a través de las características del cuerpo, como huellas dactilares. Por este caso, la Fuerza de Tarea dicen que han enviado cartas a los representantes hospitalarios para que tengan “extremo cuidado con los fallecidos”. El organismo solo recibe cadáveres con nombre y apellido y no pueden ser sepultados. Eso sería ilegal.
Fuente: El Comercio-Nota Original: LINK