Los estudiantes de tercer año de bachillerato o los bachilleres de años anteriores deberán resolver un cuestionario de 120 preguntas en un tiempo de dos horas. Antes debían responder 155 en tres horas. Otros de los ajustes que contempla el nuevo formato es disminuir los campos evaluados. Se eliminará el de aptitud abstracta.
Este ahora será transversalizado en los demás (Matemáticas, Lengua y Literatura, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales). Además se incorporará tres preguntas con el objetivo de recaudar información para futuras mejoras.
Maino, aseguró que el examen se ha actualizado y se ha estandarizado acorde a los indicadores educativos del 2016. Asimismo, señaló que disminuirá la ponderación del examen. De esta manera se busca reducir la presión y así contrarrestar con otros mecanismos de postulación que sirva a los estudiantes que no necesariamente tienen el mejor puntaje.
En la actualidad, el puntaje obtenido del examen ser Bachiller representa el 85% y un 15% la nota de grado. Sin embargo, estos porcentajes cambiarán. Él asegura que el test es un modelo que definitivamente ha funcionado bastante bien, pero reconoce que también ha sido discutido como toda acción y que va a traer criticas constructivas. Recientemente, el presidente de la República Lenin Moreno hizo observaciones.
Para el funcionario un examen estandarizado no necesariamente es malo. «Lo que puede ser malo al ser estandarizado es el que no tenemos o estaríamos fallando en la capacidad de darle la oportunidad a chicos que estén en áreas vulnerables, colegios con comunidades vulnerables que no necesariamente han tenido la oportunidad de aprender durante 10 años de la escuela versus estudiantes que están en ciudades principales».
Fuente: El Telégrafo – Nota Original: LINK