El Ministerio de Finanzas comenzó la semana pasada el proceso para renegociar las condiciones de su deuda contraída en bonos estatales.
Mientras esto avanza, Finanzas analiza cómo enfrentar un nuevo vencimiento de deuda con el banco Goldman Sachs Internacional (GSI), previsto para septiembre y octubre. Se trata de una obligación que fue contraída en 2017, por USD 500 millones, y que está atada a una operación de inversión de oro y bonos que hizo el Banco Central del Ecuador con el mismo GSI.
En un un conversatorio del pasado 29 de mayo, Richard Martínez, ministro de Finanzas, dijo que este crédito es una de las operaciones que se está analizando para ser renegociadas, y añadió que la deuda debe liquidarse en los mejores términos para que Ecuador tenga el oxígeno que necesita en sus cuentas.
“Estos USD 500 millones para esa fecha no estamos en condiciones de ser pagados, y se debe renegociar para garantizar que se pueda avanzar en la reestructura integral de la deuda”, manifestó.
Santiago Caviedes, exministro de Finanzas, dijo que en la práctica, una renegociación en este tipo de operaciones consiste en renovar la deuda, con condiciones nuevas y acordes a la realidad económica. “
Es clave identificar qué tipo de colateral se van a utilizar. Los bonos, cuando se llegue a un acuerdo con los tenedores, en julio, seguro subirán de precio y se podría usar la misma estructura. La deuda con Goldman se podría renovar para pagarla más tarde si todo sale bien con los tenedores de bonos que está llevándose a cabo”, explicó el exfuncionario.
José Hidalgo, director de Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), acotó que a pesar de que Ecuador atraviesa una situación complicada por la falta de recursos, es importante que el Gobierno haga una buena gestión de sus compromisos.
“Se ha criticado que se paguen deudas en este tiempo, pero hay que pensar no solo en lo que pasa ahora, sino también en lo que pasará a futuro si no se pagan las deudas. El Gobierno debe continuar dialogando con los acreedores, es claro que ahora no se pueden pagar los USD 500 millones, pero se puede dialogar y llegar a acuerdos, como se está haciendo ahora con los tenedores para evitar un ‘default’, que sería peor para el país”, dijo.
En el plan de reestructuración de los compromisos de deuda para aliviar las cargas de la caja fiscal, Finanzas tuvo que adelantar en abril pasado la cancelación de dos créditos con GSI y Credit Suisse, que ascendían a USD 1 000 millones y que vencían en el 2022.
Según Finanzas, el prepago de estos compromisos se dio debido a que el valor del colateral -bonos del Estado que puso el Gobierno para obtener los préstamos con menor interés– registró fuertes caídas.
El colateral es una especie de garantía o contingente, que en ese caso, equivalía a bonos por USD 2 400 millones. Pero el monto de este colateral cayó debido a que en los mercados internacionales los precios de los bonos ecuatorianos se desplomaron y el Gobierno tuvo que pagar en efectivo para compensar esa caída; esta compensación se conoce como “llamadas al margen”.
Según Finanzas, por este concepto se entregaron USD 763 millones entre noviembre del 2019 y marzo de este año. En el caso de la deuda del 2017 con Goldman Sachs, que está por vencer, el Gobierno también tuvo que hacer pagos anticipados.
Según el boletín de deuda del Ministerio de Finanzas, en esta operación del 2017 hay bonos del 2022, 2023 y 2026 por USD 606 millones.
De acuerdo a esta Cartera, se ha prepagado ya USD 114 millones por compensación o llamadas al margen y USD 86 millones por los intereses semestrales de esta deuda. Para que esta operación se pudiera concretar, explicó Carlos de la Torre, exministro que estuvo frente a Finanzas en ese tiempo, fue necesario que el país realice una inversión de 300 000 onzas troy de oro de las reservas del Banco Central del Ecuador (BCE), valoradas en ese momento en USD 387 millones.
De la Torre dijo que fue una buena decisión hacer esa inversión de oro del BCE, porque este activo es menos riesgoso que los bonos soberanos.
“El oro no ha perdido valor en los mercados, sino que se ha apreciado y eso ha compensado la caída de bonos”, dijo. Caviedes detalló que en las dos operaciones posteriores con el GSI, llamadas ‘repo’, y que ya fueron canceladas en abril, el Gobierno no utilizó oro como colateral para no afectar las reservas del Central, que ya habían sido disminuidas en el 2017 y porque se buscaba respetar la autonomía e independencia del Banco.
Caviedes añadió que el país tuvo que recurrir a esas complejas operaciones porque en ese momento el país no podía emitir bonos en el mercado internacional.
En esa ocasión, la Contraloría había emitido un informe sobre la deuda público que generó incertidumbre entre acreedores, lo cual se tradujo en un alza del riesgo país, que mide las probabilidades de que un país caiga en mora.
Fuente: El Comercio-Nota Original:LINK