La gobernación de Cotopaxi declaró tres días de duelo por la muerte de Raúl Illaquiche, dirigente y defensor de los derechos indígenas.

Traslado del ataúd de Raúl Ilaquiche, en Pujilí, el 15 de diciembre de 2024.- Foto: Primicias

En el cementerio Municipal de Pujilí, descansarán los restos de Raúl Ilaquiche, líder indígena, docente universitario y defensor de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas que murió el 13 de diciembre en un accidente de tránsito.

Su partida dejó a Cotopaxi en un profundo luto. La gobernación declaró tres días de duelo oficial, mientras su legado resuena en quienes lo conocieron y trabajaron a su lado.

Un adiós cargado de recuerdos

Las palabras de Lourdes Tibán, su esposa y prefecta de Cotopaxi, le dieron más emotividad a un funeral que transcurrió entre lágrimas.

“Raúl era un hombre bueno y leal. Siempre me apoyó en mis decisiones y nunca me alzó la mano. Tengo mi novela sin final desde la pandemia, pero ahora ya tiene el final”, expresó, con una mezcla de dolor y gratitud por los 23 años compartidos.

Familiares y amigos recordaron la última celebración en vida: el logro de su doctorado en Derecho Constitucional, obtenido el 6 de diciembre de 2024 en la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela.

Esa fiesta familiar, cargada de orgullo y alegría, fue el último momento de unión antes de la tragedia.

Raúl Ilaquiche perdió la vida la tarde del viernes 13 de diciembre en Tambillo, mientras regresaba de una reunión junto a otros dirigentes indígenas.

El accidente también cobró la vida de otro compañero, Gustavo Umajinga, lo que dejó un vacío en las filas del movimiento indígena.

Una despedida multitudinaria

Decenas de personas acompañaron el cortejo fúnebre, en un recorrido que se inició en Salcedo y culminó en Pujilí.

Entre cánticos y rituales ancestrales, líderes indígenas y autoridades de varias provincias ofrecieron sus respetos.

“Raúl no solo era un académico; era un hombre de la tierra, un luchador por la justicia y la dignidad de su pueblo”, comentó Tarcila Condori, dirigente kichwa.

El ataúd fue cubierto con la wiphala y la bandera de la CONAIE símbolo de la resistencia indígena, mientras Sumak Vaca, yachak del Pueblo Panzaleo, realizó el ritual del fuego que solo se lo dedica a los líderes, que es el máximo honor dentro de la cosmovisión indígena para que su camino esté lleno de luz.

El legado de un luchador

Raúl Ilaquiche dedicó su vida a la defensa de los derechos colectivos. Impulsó proyectos de educación intercultural, fortalecimiento comunitario y conservación del agua.

“Su partida es una pérdida irreparable, pero su lucha seguirá viva en nosotros. En su último discurso llamó siempre a la unidad de la CONAIE, era un hombre leal ”, dijo Leonidas Iza, candidato presidencial reafirmando el compromiso de continuar con los ideales que compartían.

«Cotopaxi despide a uno de sus grandes líderes, pero su legado permanece. En cada rincón de la provincia, las enseñanzas de Raúl Illaquiche seguirán inspirando a nuevas generaciones», resaltó Humberto Chilango quien fue presidente de la Ecuarunari, cuando Ilaquiche fue vicepresidente.

Fuente: Primicias – Nota original