«Veremos cómo actúa, qué hace, y luego me formaré una opinión. Pero tener miedo o regocijarse de antemano por algo que podría suceder es, a mi modo de ver, bastante imprudente. Sería como los profetas que predicen calamidades o imprevistos que no sucederán. Veremos lo que hace y juzgaremos en consecuencia. Siempre hay que trabajar con lo específico. El cristianismo es específico, de lo contrario no sería cristianismo», le dijo el pontífice al diario.
El papa agregó: «Necesitamos detalles. Y de lo específico podemos sacar consecuencias. Estamos perdiendo nuestro sentido de lo concreto. El otro día, un pensador me decía que este mundo está tan al revés que necesita un punto fijo, y estos provienen de acciones concretas. ¿Qué hiciste, qué decidiste, qué movimientos llevaste a cabo? Por eso prefiero esperar y ver».
El jerarca católico también alertó contra el populismo en Europa y Estados Unidos, diciendo que Europa no debería repetir los mismos errores que en la década de 1930, cuando surgieron líderes «salvadores» que pretendieron resolver la crisis económica y política, pero sólo terminaron llevando al continente a la guerra.
«Las crisis provocan miedo, alarma. En mi opinión, el ejemplo más evidente del populismo europeo es la Alemania de 1933. Un pueblo que estaba inmerso en una crisis, que buscaba su identidad hasta que este líder carismático vino y prometió devolverle su identidad, pero les dio una identidad distorsionada. Todos sabemos lo que pasó», añadió.
«En tiempos de crisis nos falta el juicio, y eso es una referencia constante para mí. Buscamos un salvador que nos devuelva nuestra identidad y nos defendemos con muros, alambre de púas, lo que sea, de otras personas que pueden robarnos nuestra esencia. Y eso es algo muy serio. Por eso siempre trato de decir: hablen entre ustedes, hablen entre sí”, dijo Francisco.