«Seremos hombres y mujeres de resurrección si, en medio de los asuntos que atormentan al mundo, de la mundanidad que aleja a Dios, sabemos ofrecer gestos de solidaridad y de acogida», dijo desde la ventana del Palacio Apostólico a los fieles que le escuchaban en la plaza de San Pedro.
Francisco les instó a «alimentar el deseo universal de la paz y la aspiración de un ambiente libre de la degradación», así como a defender «el valor de la vida».
«Se trata de señales comunes y humanas pero que, mantenidas y animadas por la fe en el Señor Resucitado, pueden adquirir una eficacia muy superior a nuestra capacidad», apuntó.
El pontífice también pidió a los fieles «ser símbolos límpidos de Cristo Resucitado entre los asuntos del mundo, para que todos quienes están en la tribulación y en la dificultad, no permanezcan como víctimas del pesimismo, sino que encuentren en nosotros muchos hermanos y hermanas que les ofrezcan apoyo y consolación».
Y recordó a aquellas comunidades cristianas «perseguidas y oprimidas en muchas partes del mundo que son llamadas a ofrecer un difícil y valeroso ejemplo».
El papa rezó este lunes de Pascua, festivo en Italia, el Regina Coeli, que sustituirá al tradicional Ángelus mariano hasta el próximo 4 de junio, cuando concluya el periodo pascual con la fiesta de Pentecostés.