La justicia española, cuya nacionalidad también posee Ligorría, decidió que el exembajador guatemalteco en Washington quedara arraigado migratoriamente, por lo que le pidió comparecer dos veces al mes ante la autoridad judicial y se le retuvo su pasaporte.
Sin embargo, el guatemalteco ha expresado en un comunicado que quiere dejar clara su postura ante la Ley: “No he cometido ningún acto ilícito y mi detención es de nuevo una sorpresa y una falta de diligencia”.
Julio Ligorría insiste en su inocencia y su voluntad de cooperación con la Justicia: “yo, ni mis empresas, hemos tomado parte en actividad ilícita ninguna. Jamás recibimos, donamos, pagamos o transferimos fondos a partidos políticos o persona alguna relacionada con el caso que se ha denunciado”. Además, asegura que sus servicios de consultoría “se enmarcan en el ámbito privado entre empresas privadas y no implican nada relacionado con funcionarios públicos”.
Ligorría se describió finalmente como “un firme luchador contra la corrupción en Guatemala”.
Fuente: El Universo