Así lo refleja el análisis sobre la situación del mercado publicado hoy por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con sede en Viena.
La producción mundial de crudo fue el pasado marzo de 95,82 millones de barriles diarios (mbd), según los datos preliminares que aporta en su informe mensual el grupo petrolero.
Esa cifra supone una caída de los suministros de 1,3 mbd respecto a diciembre, cuando la OPEP y otros grandes productores, como Rusia, se plantearon como objetivo recortar el bombeo en 1,8 mbd durante los primeros seis meses de 2017.
Desde entonces, la producción conjunta de los trece socios de la OPEP ha caído en 1,1 mbd.
Arabia Saudí, el líder del grupo y que asumió la parte más grande de ese recorte, ha elevado sin embargo su producción los dos últimos meses.
Rusia, por su parte, ha recortado ya aproximadamente el 40 % de los 300.000 barriles que se comprometió a retirar del mercado en el acuerdo de diciembre.
Con una demanda estimada de 95,39 mbd en el primer trimestre del año, el flujo de crudo al mercado sigue siendo superior al consumo.
La OPEP y el resto de países que participan en este recorte tendrán que decidir a finales del mes que viene si prolongan el acuerdo, cuya vigencia expira en principio en junio.
Mientras la OPEP y sus socios en esta estrategia de recorte han cerrado los grifos, el bombeo de crudo en Estados Unidos subió un 2,6 % entre diciembre y enero.
De hecho, la organización espera que sea este país, el mayor consumidor mundial de energía, el que aporte la práctica totalidad del incremento de producción entre sus competidores en 2017 respecto al año anterior.
En su informe, los expertos de la OPEP sostienen que la brusca caída que el precio del crudo sufrió en marzo, de la que se está ya recuperando, se debió en parte a las «preocupaciones sobre una creciente producción de petróleo y los elevados inventarios en Estados Unidos».
La OPEP señala que distintas fuentes anticipan una recuperación de las extracciones de crudo de esquisto en Estados Unidos gracias a que el encarecimiento generalizado que ha experimentado el crudo desde finales de 2016 ha hecho que este tipo de petróleo, más costoso de extraer, vuelva a ser rentable.
Las extracciones de EEUU llegarían así en 2017 a 14,16 mbd, niveles superiores incluso a los de 2015.
El volumen de petróleo almacenado (inventarios) en el conjunto de los países más ricos y que más crudo consumen cayó entre enero y febrero un marginal 0,6 %, y sigue estando 268 millones de barriles por encima de la media de los últimos cinco años.
En términos generales, la OPEP espera que la demanda mundial de crudo alcance este año una media de 96,32 mbd, un 1,3 % más que en 2016, especialmente por el crecimiento del consumo en Asia, sobre todo en la India y China.
El consumo en los países ricos de Europa, que se hundió tras la crisis financiera de 2008, continuará recuperándose en 2017 gracias a la mejora de la economía en gran parte del continente, el temporal de frío en el primer trimestre del año y el aumento de la venta de vehículos, entre otros motivos.
Respecto a la oferta, la aportación de sus competidores más algunos crudos no convencionales sumarían 64,10 mbd, lo que dejaría la demanda del petróleo de los países de la OPEP en 32,2 mbd, apenas un 1,5 % más que en 2016.