Por primera vez en ocho años, Madonna y su ex esposo, el cineasta Guy Ritchie se vieron las caras este miércoles. Y no por una buena razón. La "Reina del Pop" y el británico acudieron a una audiencia judicial a propósito de la custodia de uno de sus hijos, Rocco.

La cantante había iniciado una campaña de desprestigio en contra de su ex esposo, pero ahora decidió dar un giro y cambiar de estrategia para lograr quedar con la tutela del menor, según informa el portal farandulero TMZ.
El conflicto entre ambos padres y Rocco comenzó a fines del año pasado, cuando el menor abandonó a su madre para establecerse en Londres, con su padre.