Quito enfrenta un aumento de casos “sistemático y sostenido”. Desde el jueves pasado es la ciudad con más contagios del país. El pasado lunes 27 de julio de 2020 registró 12 561 diagnósticos, superando a Guayaquil por 783.
Según epidemiólogos, es el resultado del aumento de la movilidad, la falta de conciencia ciudadana y la insuficiente identificación de los sospechosos.
En junio -recordó el epidemiólogo Marcelo Aguilar- las medidas de restricción del tránsito se flexibilizaron. Eso aceleró el contagio en la capital, que vive una primera oleada con varios picos.
Por ello algunos días se observan alzas considerables de casos, lo que ya ha puesto en apuros al sistema sanitario. Hasta ayer, solo una de las 132 camas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en hospitales públicos estaba libre.
Y 39 de las 370 en el área de hospitalización. Sin embargo, la Cartera de Salud anunció que se han habilitado 15 nuevos espacios en las UCI del Pablo Arturo Suárez, Docente Calderón y Enrique Garcés de Quito.
Solo el primero atiende de forma exclusiva a pacientes covid-19. Los restantes, incluido el Eugenio Espejo, reciben además a personas con otras patologías.
El panorama es similar en hospitales del Segurio Social (IESS). Desde marzo, por ejemplo, el Carlos Andrade Marín (HCAM) activó un plan de contingencia, que contempló una apertura gradual de espacios.
En un primer momento se adecuó el primer bloque, que incluye a las UCI, cuidados intermedios y emergencias; eran 80 camas. En hospitalización había seis áreas covid, con 179 camas para infectados con comorbilidades que requieren estancia y revisión médica.
Pero en vista del aumento de la demanda, el fin de semana se implementó una séptima zona de camas con oxígeno, y ya suman 206.
El domingo también se llegó a 20 espacios de UCI en el Hospital San Francisco, en donde solo atendía otras patologías hasta junio. En este, el HCAM y el Quito Sur hay 120 camas en terapia intensiva y ninguna estaba libre.
El aumento de los casos en la capital se siente también en el sistema privado. Las clínicas comenzaron con 23 camas en cuidados críticos para covid-19. Pero en el último mes llegaron a 31. Hasta ayer todas seguían ocupadas, pese a los altos costos.
Si no se toman medidas, el ritmo de contagios y, por tanto, de ocupación hospitalaria se mantendrá en las próximas semanas; con altas posibilidades de aumentar.
“En agosto y septiembre se puede dar una epidemia explosiva, por lo que es necesario que las autoridades se enfoquen en la búsqueda activa o lo que se conoce como sistema de vigilancia comunitaria”, señala Aguilar.
Según el Ministerio, a través de la Zonal 9, ya intervienen con vigilantes comunitarios en todas las parroquias de Quito. Han identificado siete consideradas calientes: Calderón, Carcelén, Carapungo, Belisario Quevedo, Centro Histórico, Chillogallo y Guamaní.
En estas zonas se mueven con vigilantes comunitarios y con equipos de los centros de salud. “En estos días se ha profundizado la intervención”, dice Salud, en la Comuna de Santa Clara de San Millán, en la Ciudadela Yaguachi y en esta semana irán a dos más.
Este es un trabajo conjunto entre el Municipio, Salud, la comunidad y Unicef. El organismo apoya con la dotación de prendas de protección.
La Universidad Central colabora con el procesamiento de las pruebas a través de sus laboratorios, además, con estudiantes para realizar el seguimiento.
Vecinos se desplazan e identifican a personas que presentan síntomas y los remiten para la toma de las pruebas. Todo este proceso se denomina “búsqueda activa de casos y seguimiento de contactos”, precisó el Ministerio.
Pero epidemiólogos como Daniel Simancas piden que se ejecuten también confinamientos selectivos. Lo mismo opina Fernando Sempértegui, rector de la U. Central.
Esto funcionaría, apunta Simancas, en zonas de alto contagio para descongestionar a los hospitales. Algo parecido se aplicó en Colombia.
También pide incrementar el número de pruebas a contactos de contagiados, antes de que cumplan tres días del inicio de los síntomas; así como lograr un sistema de aislamiento de casos y rastreo masivo.
Pichincha encabeza la lista de evasión del cerco epidemiológico. Son infectados que salieron de la cuarentena. Tiene 506 alertas, según el ECU-911.
Otra salida difícil -dice Hugo Romo, de la Academia Ecuatoriana de Medicina– sería volver al semáforo rojo, para dar un respiro al sistema de salud y a médicos exhaustos.
Fuente: El Comercio -Nota Original : LINK