Martirizada por la pandemia, España recordó este jueves 17 de julio del 2020 a las víctimas del coronavirus en una solemne ceremonia de Estado con presencia de dirigentes europeos y de la OMS, justo cuando el país trata de frenar una nueva aceleración de los contagios.
“Ha sido muy duro, nos hemos sentido impotentes, con una sensación brutal de incertidumbre (…) hemos dado todo lo que teníamos, hemos trabajado al límite de nuestras fuerzas”, dijo en la ceremonia Aroa López, enfermera del hospital Vall d’Hebron de Barcelona, refiriéndose a los miles de profesionales sanitarios que dieron la batalla contra la enfermedad.
“Hoy, simbólicamente, nos despedimos de madres, padres, hijos, hermanos, amigos; tomamos sus manos, acariciamos sus mejillas, besamos su frente, registramos en nuestra corazón su mirada”, dijo en otro discurso Hernando Calleja, hermano de José María Calleja, un conocido periodista español fallecido en abril de coronavirus.
El acto, de carácter civil, tuvo lugar en la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid. Estuvo presidido por el rey Felipe VI, quien en su discurso se dirigió a los familiares de los fallecidos para decirles que “no están solos en su dolor, es un dolor que compartimos, su duelo es el nuestro”.
“Este acto no puede reparar el dolor de muchas familias por no haber podido estar a su lado [el de sus parientes] en las últimas horas (…) pero sí hacer justicia a su vida, a su contribución a nuestra sociedad, a su memoria”, añadió el monarca.
En el homenaje participaron también el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli; el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; y el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Los responsables, así como el Gobierno español al completo, hicieron una ofrenda floral en un pebetero con el ‘Adagio para cuerdas’ de Samuel Barber de fondo.
El gobierno de Pedro Sánchez, muy criticado por la oposición por su gestión de la crisis, decretó también a finales de mayo diez días de luto nacional por las víctimas, el duelo más prolongado desde el restablecimiento de la democracia en el país, en 1977.
Responsabilidad de las regiones
España, séptimo país del mundo con más decesos por covid-19, suma oficialmente más de 28 400 fallecidos, de un total de 256 619 casos notificados.
No obstante, el Instituto Nacional de Estadística y el Instituto de Salud Carlos III reportaron entre 43 000 y 44 000 fallecidos por encima de la media en los últimos meses en España.
El Gobierno afirma que esa cifra incluye otras causas de fallecimiento y casos sospechosos de covid a los que no se les practicó prueba PCR, requisito indispensable para añadirse al conteo oficial.
Con la población retomando sus actividades y las fronteras abiertas a Europa y una docena de países fuera de la región, España ha experimentado en los últimos días un repunte en los contagios.
De entre los más de 120 brotes activos en el país, el que más preocupa es el de la zona de Lérida, en Cataluña, cuyas autoridades ordenaron el confinamiento de 160.000 personas.
También pidieron a los residentes de tres vecindarios de L’Hospitalet de Llobregat, en las afueras de Barcelona, evitar salir de sus casas.
En esa región y varias otras se ha reforzado la obligatoriedad de portar mascarilla, con pena de multa, aun cuando se pueda mantener la distancia de seguridad.
El gobierno de Pedro Sánchez, que decretó un estado de alarma que le permitió imponer un muy estricto confinamiento de la población desde mediados de marzo hasta el 21 de junio, descarta volver a aplicar ese régimen de excepción.
A su juicio, las regiones, competentes en materia de sanidad, cuentan con herramientas para controlar los brotes. “Pasado el pico de la pandemia, las comunidades autónomas tienen instrumentos en su legislación sanitaria para hacer frente a las situaciones puntuales.
Los rebrotes eran esperados y están ocurriendo en todos los países”, señaló el martes la vicepresidenta Carmen Calvo.
Fuente: El Comercio – Nota Original : LINK