El contacto con el cuerpo fue la opción más común para el uso de la fuerza, subrayaron los investigadores. El uso de pistolas paralizantes está en segundo lugar. Dichos dispositivos se han convertido 18 veces más comunes que las armas letales.
En total, los oficiales de la policía usaron la fuerza en menos del 2% de los encuentros, estimó el equipo.
«Uso de fuerza» ha sido definido por la Asociación Internacional de Jefes de Policía como «la cantidad de esfuerzo requerido por la policía para lograr obligar el cumplimiento de un sujeto reacio». Sin embargo, no hay una definición única aceptada entre los analistas, investigadores y policías, quienes reciben directrices de sus agencias por separado.
Generalmente, la fuerza se ve como algo necesario solo bajo circunstancias en específico, como la autodefensa o la defensa de una persona o grupo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Justicia.
Para el reporte, el Centro de Equidad Policial analizó datos recolectados entre 2010 y 2015 de 11 ciudades medianas y pequeñas y un condado urbano. Las comunidades son geográficamente diversas y cinco de las 11 son racial y éctnicamente diversas. El equipo de investigadores analizó más de 19.000 incidentes donde se usó la fuerza.
Los investigadores se declararon en contra de generalizar sus resultados «porque no sabemos mucho sobre lo que hicieron los residentes durante la interacción que se volvió forzosa». También, el número de departamentos de policía estudiados es relativamente pequeño, dijeron. El análisis no está basado en una muestra nacional representativa.
A pesar de esto, encontraron que existen disparidades raciales robustas que ponen en desventaja a los negros». El promedio de uso de la fuerza fue de 273 por cada 100.000 negros, comparado con 76 por cada 100.000 blancos. La tasa entre hispanos, asiáticos y otras minorías fue menor que los de blancos y negros juntos.
Una encuesta da pública del Buró de Estadísticas de Justicia encontró de forma similar que menos del 2% de los que respondieron dijeron que experimentaron durante su más reciente encuentro con un policía, una amenaza o un uso de la fuerza no fatal por parte de los agentes. De manera importante, el estudio está basado en entrevistas con ciudadanos y no en reportes de los departamentos de policía.
«Ese es el gran punto que queríamos para nuestro reporte, es una rara ocurrencia», dice Shelley S. Hyland, una analista del Buró de Estadísticas de Justicia.»Es difícil para la gente entender eso cuando hay mucha atención en varios incidentes donde ha ocurrido la fuerza».
En general, Hyland y su equipo encontró que 44 millones de estadounidenses reportaron haber tenido contactos cara a cara con la policía entre los años 2002 y 2011.
Durante detenciones de tráfico, 14% de los negros y 6,9% de los blancos recuerdan una experiencia de fuerza. Los negros (3,6% fueron más propensos a enfrentar una fuerza no fatal durante sus más recientes encuentros con la policía, a diferencia de los blancos (1,4%) y los hispanos (2,1%).
La gente que tuvo varios contactos con la policía estuvieron más propensos a reportar una experiencia de fuerza, según los investigadores.
Casi tres cuartos de ellos dijeron que la policía usó una fuerza descrita como «excesiva». Como es descrita por los entrevistados, el uso de la fuerza incluyó gritar, decir groserías, empujar, tomar, golpear, patear, lanzar pimienta, usar un arma paralizante o apuntar con un arma.
En total, las estadísticas no son terriblemente distintas», dice Hyland. Ella agregó que debido a que la encuesta del buró está basada en entrevistas a personas, captura la prespectiva de la víctima e incluye menos formas de uso de la fuerza, como las amenazas verbales.