Durante este procedimiento, el fiscal Fabián Salazar ordenó la retención por ocho horas y con fines investigativos de los uniformados.
Jiménez murió durante la operación de rescate del expresidente Rafael Correa, afuera del Hospital de la Policía, el 30 de septiembre del 2010, en Quito.
Para el abogado de la familia del policía, Edwin Romero, la presencia de los militares es importante para que aclaren quién ordenó la intervención armada en el hospital y dispuso el uso de armamento de grueso calibre.
Luis Eduardo Zaldumbide, inspector General del Ejército, también llegó a la Fiscalía para acompañar a los militares en su declaración.
El oficial fue consultado sobre la necesidad de llevar munición de grueso calibre durante el 30-S y esto fue lo que dijo: “Considero que era el adecuado, en su momento se hicieron apreciaciones (de la situación)”.
Según el abogado de Jiménez, la bala que perforó el chaleco antibalas y mató al policía fue de uso militar.
Sobre esto, Zaldumbide agregó: “Lo que tengo entendido, el peritaje de la Policía señaló que calibre de la bala era 5,56, ese armamento no solo usa el personal militar es calibre de utiliza a nivel mundial”.
Sandra Jiménez, hermana del policía, también llegó a la diligencia. Poco antes de ingresar al edificio dijo que durante ocho años esperó que se haga justicia.