La Fiscalía de Brasil denunció este lunes al presidente del Senado, Renan Calheiros, por corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso Petrobras, la primera acusación formal contra este poderoso aliado del gobierno en la trama de desvíos que sacude a la política brasileña.

Calheiros fue acusado junto al diputado Aníbal Gomes -también del partido de gobierno PMDB- de cobrar sobornos por 800.000 reales (unos 242.000 dólares al cambio actual) a la empresa Serveng a cambio de apoyo político para que ésta obtuviera contratos con la petrolera estatal.

Según una nota pública de la Fiscalía, la empresa de infraestructura Serveng pagó los sobornos disfrazándolos de donaciones oficiales al PMDB, cuyo destinatario final era en realidad Calheiros. A cambio del dinero, Calheiros y Gomes «ofrecieron apoyo político para mantener a Paulo Roberto Costa en el cargo de director de Abastecimiento de Petrobras y éste tomó las medidas necesarias para que Serveng participase de licitaciones en la empresa pública», afirma la Fiscalía.

Calheiros afirmó en un comunicado que sus cuentas electorales «ya fueron aprobadas» y que se siente «tranquilo» para aclarar «éste y otros puntos de la investigación». El legislador, de 61 años, es un poderoso aliado del gobierno conservador de Michel Temer, que corre contrarreloj para aprobar en el Congreso las principales medidas de un plan de ajuste para sacar a Brasil de la crisis económica.

El líder de la cámara alta es objeto de otras investigaciones relacionadas con el caso Petrobras y enfrenta un juicio por malversación de fondos públicos en otro caso.

La semana pasada Calheiros protagonizó una escalada de tensión entre los poderes Legislativo y Judicial, cuando un magistrado de la suprema corte ordenó suspenderlo por considerar que un ciudadano procesado no puede estar en la línea de sucesión presidencial -como corresponde al cargo de presidente del Senado-.

Calheiros no cumplió la orden judicial y decidió mantenerse en su puesto hasta que el plenario de la corte se manifestara sobre el asunto. Finalmente, el Supremo Tribunal Federal (STF) optó por dejarlo en el cargo y apaciguó las tensiones.

La enorme mancha del «Petrolao», una red de sobornos y desvío de fondos públicos que se enquistó en la estatal Petrobras en la última década, ha puesto tras las rejas a prominentes empresarios y no ha dado respiro a la clase política.

Figuras como los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Fernando Collor enfrentan juicios por esta trama delictiva que drenó más de 2.000 millones de dólares de la empresa.

El expresidente de la cámara de Diputados y artífice del impeachment de Dilma Rousseff, Eduardo Cunha, también está procesado por este caso. Nuevas revelaciones hechas por ejecutivos de la constructora Odebrecht, altamente involucrada en el caso, se han filtrado a la prensa esta semana y amenazan a decenas de legisladores en ejercicio, a ministros de gobierno y al propio presidente Temer, acusado de pedir 3 millones de dólares para financiar campañas electorales de su partido.