El material fue destruido en el horno de la siderúrgica Andec, en Guayquil (suroeste) donde se eliminó un total 31.089 armas y 9.708 accesorios (percutores, cañones, cachas) procedentes de operativos de incautación y decomiso efectuados por personal del Departamento de Control de Armas del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.
El ministro Coordinador de Seguridad, César Navas, expresó que «en cada arma» destruida «se refleja el trabajo de nuestros policías y de las Fuerzas Armadas en todo el país».
Este tipo de medidas apunta, entre otros objetivos, a disminuir los asesinatos que se cometen con armas de fuego, agregó el ministro Navas, según un comunicado del Ministerio de Defensa.
El viceministro de esa cartera, Felipe Vega de la Cuadra, por su parte, advirtió de que la destrucción de armas indebidas significa reducir los delitos que se cometen con ellas.
Los representantes del Ejecutivo recorrieron y verificaron el proceso de eliminación del material bélico, que se llevó a cabo tras los correspondientes procesos legales de autorización y comprobación de su ilícita procedencia por medio de dictámenes de la Fiscalía.
El armamento y los accesorios fueron depositados en instalaciones de la siderúrgica donde, con un electroimán, fueron introducidos en un potente horno para ser fundidos y luego utilizados en otras actividades.
Según el Ministerio de Defensa, en junio de 2016, otro lote de cerca de 12.000 armas y 15.000 fue destruido por medio del mismo proceso llevado a cabo hoy.
