La policía investiga si las obras realizadas en la casa de Maristela fueron pagadas ilegalmente, después de que proveedores admitieron haber recibido dinero en especie de las manos de la mujer del coronel militar João Batista Lima Filho, apuntado en delaciones premiadas como el supuesto intermediario de sobornos para Temer.
Después de cuatro horas de declaraciones, el abogado de Maristela, Fernando Castelo Branco, afirmó que ella «prestó todos los esclarecimientos» ante el delegado al frente de la investigación, Cleyber Nunes.
En la víspera, el delegado escuchó además al arquitecto Carlos Roberto Pinto, quien también participó en la obra, y hasta este viernes recogerá declaraciones, de otros proveedores que afirman haber recibido esos pagos en especie. Lima Filho fue apuntado en la delación premiada de la cárnica JBS como el intermediario de un soborno de 1 millón de reales (unos 282.000 dólares) para el Jefe de Estado brasileño.
El pasado marzo, Lima Filho fue encarcelado junto con otros allegados de Temer en el marco de la Operación Skala, que investiga si empresas del sector portuario habrían pagado sobornos a cambio de un decreto presidencial que les beneficiara.
Sin embargo, el coronel nunca llegó a declarar ante las autoridades y fue liberado a los 3 días por problemas de salud, según afirmaron sus abogados.
Durante la mañana de este jueves 3 de mayo Temer participó en un acto en Ribeirão Preto, en el interior de Sao Paulo, y cuando fue cuestionado sobre la comparecencia de Maristela ante la policía, se limitó a decir a los periodistas: «Registren mi sonrisa».
Tras la divulgación de versiones de prensa que salpican a sus parientes en un escándalo de corrupción, Temer calificó, durante un inusual pronunciamiento público el pasado viernes, de «disparate» la insinuación de que lavó dinero de origen ilegal mediante la compra y la reforma de inmuebles de su familia. «Quiero protestar contra mentiras que son lanzadas contra mi honra.
No se trata de mentiras dirigidas a mi posición funcional sino a mi honra personal. Y, peor aún, mentiras que afectan a mi familia y a mi hijo que tiene 9 años de edad», aseguró el Jefe de Estado. «Se trata de una persecución criminal disfrazada de investigación. En lugar de indicios, le divulgan a la prensa ilaciones y suposiciones», completó. Algunas horas después, la Policía Federal de Brasil respondió a las críticas del presidente y dijo que «no admitirá presiones o campañas» para «desacreditar» su trabajo.
La institución «reitera que no protege, ni persigue a ninguna persona o autoridad pública, apenas cumple con su deber legal de investigar los hechos y conductas tipificadas como delitos», señaló en una nota la Asociación Nacional de Comisarios de la Policía Federal (ADPF).
Fuente: El Telégrafo