Según la Organización Panamericana de la Salud, el plasma inmune, se obtiene de personas curadas o recuperadas y fue el tratamiento en casos de la fiebre hemorrágica argentina, en los brotes de ébola en África y de SARS y MERS.

El ensayo implica un seguimiento, que toma en cuenta el tiempo de hospitalización, Crédito: Shutterstock

Santiago Chávez, médico de 35 años, labora en el San Francisco, del Seguro Social, en la capital. Se contagió de covid-19 en una carpa de triaje de ese hospital, que trata dolencias no relacionadas con el virus.

Al recuperarse se convirtió en donante de plasma para el tratamiento de otros casos. Chávez es triatleta. Los síntomas que tuvo se resumen en dolor muscular, ahogo y ardor en la garganta.

“Parecía que había corrido 40 kilómetros; como si un bus me hubiera pasado encima”, cuenta. Por lo que apenas se recuperó averiguó cómo podía ayudar a pacientes que incluso requieren hospitalización.

Y vio que donar plasma no era nada complejo. De acuerdo con especialistas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la llamada inmunización pasiva se ha utilizado para la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas humanas, desde el siglo pasado.

El plasma inmune, según ese organismo, se obtiene de personas curadas o recuperadas y fue el tratamiento en casos de la fiebre hemorrágica argentina, en los brotes de ébola en África y de SARS y MERS.

Respecto al coronavirus, la OPS, en abril pasado, señaló que existe “una potencial utilidad”. Las personas que estuvieron contagiadas desarrollan defensas o anticuerpos, que los protegen contra el virus.

Estos se encuentran en el plasma. Chávez ha donado en tres ocasiones, la primera a mediados de mayo, luego de que las pruebas indicaron que no tenía el virus en el organismo.

Las otras dos en este mes. Lo ha hecho en el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), del IESS, y en la Cruz Roja. Paola Velasco, hematóloga, está a cargo del proceso de donación y aplicación del plasma en el HCAM.

Desde mediados de mayo empezaron y lo han probado en 35 pacientes.​“Es muy temprano para hablar de resultados finales; pero vemos una mejoría en el 65%”.

Por ahora -comenta- es el tratamiento experimental más seguro, que se puede decir que disminuye la carga viral, a las 72 horas de la aplicación y tiene propiedades antiinflamatorias.

La hematóloga subraya que mientras más temprano se aplique el plasma a un enfermo, hay mejores resultados. Velasco explicó que obtener la donación de plasma a través de la técnica de aféresis permite separar los componentes de la sangre; se hace con un equipo que divide glóbulos rojos, blancos, plaquetas.

La Cruz Roja Ecuatoriana también realiza un ensayo clínico controlado junto con las universidades UTE y San Francisco de Quito y con los hospitales Pablo Arturo Suárez e IESS Quito Sur.

El objetivo, según Mónica Pesántez, gerenta del Hemocentro de la Cruz Roja, es demostrar si “es eficaz el uso de plasma de ecuatorianos convalecientes de covid-19 en pacientes con deterioro clínico”.

En el Quito Sur se han concretado 31 transfusiones. Su subdirector, Hugo Espejo, dice que el estudio es triple ciego, no se sabe a quién se le puso plasma con el anticuerpo.

El ensayo implica un seguimiento, que toma en cuenta el tiempo de hospitalización, el lapso de recuperación clínica y si existen secuelas.

La investigación de la Cruz Roja se inició en mayo pasado, después de que fue aprobada por un comité de ética. Pesántez dijo que se han puesto septiembre del 2020 como plazo para evaluar a los pacientes.

Otro centro en donde se lleva adelante el tratamiento es el Hospital Metropolitano. Johana Rojas, directora del Banco de Sangre, indica que desde el 15 de abril, la técnica se ha realizado en 25 personas.

La profesional comenta que hasta el momento, el 80% de esos contagiados han presentado resultados positivos. Ninguno ha tenido dificultades tras la transfusión.

Velasco indica que, entre otros requisitos, los donantes deben ser personas de 18 a 65 años, sin enfermedades de base. Y obviamente no ser positivo para VIH, hepatitits, sífilis o chagas, entre otros.

En el caso de las mujeres, es importante que no hayan tenido hijos pues en cada embarazo se desarrollan anticuerpos, que podrían dar lugar a reacciones en quienes se aplican.

Por ejemplo alergias. Para donar, deben haber pasado 28 días del diagnóstico inicial de contagio de coronavirus, precisa Velasco. Sobre los receptores del plasma, Rojas, del Metropolitano, dice que deben ser personas ingresadas con insuficiencia respiratoria.

Se aplica en los primeros días desde la hospitalización. “Si pasa más tiempo, ya no es tan efectiva la transfusión. Mucho más si ya hay un daño en órganos”.

Fuente: El Comercio – Nota Original : LINK